Epitafio o grito de guerra

La muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo, y de su esposo el senador Rafael Moreno Valle, podría equipararse a un tsunami que llegó para arrasar todo lo que había en firme en Puebla.

Ahora los sobrevivientes, sobre todo del grupo morenovallista, están aferrándose de dónde puedan, como lo hacen las personas que sufren el oleaje intempestivo, para tratar de no ahogarse

Algunos se agarran de sus cargos, otros de sus influencias y unos más de sus mensajes políticos en medios de comunicación, para llamar a los reflectores.

La orfandad política en la que quedaron, ha hecho que se estén reagrupando para intentar recuperar algo del legado del ex gobernador de Puebla.

Rafael Moreno Valle nunca se preocupó por formar cuadros que lo pudieran suplir en una emergencia, como la que se está viviendo desde el trágico 24 de diciembre.

Por eso ahora surgen de este grupo morenovallista, quienes quieren tomar el papel de líder, como los Gali, los Banck o los Eukid, para tratar de cohesionarse nuevamente en torno a un solo proyecto.

Todo el grupo morenovallista trabajaba solo pensando en lo que ordenaba o beneficiaba a Moreno Valle, el proyecto siempre era Rafael simplemente.

Incluso, se sabe que en los días de la tensión que había por la decisión de la elección del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el centro de operaciones era la residencia en su casa del fraccionamiento Las Fuentes.

Desde esa residencia despachaba Martha Erika Alonso, desde precandidata, candidata, candidata electa, candidata impugnada, gobernadora electa.

Ahí citaba a las personas con quien necesitaba hablar de los asuntos políticos, pero en la mayoría de los casos, los invitados eran también recibidos por Rafael Moreno Valle, para consensar acuerdos o regaños.

Por lo mismo, al morir el 1 y 2 del morenovallismo, el rescate de este proyecto político para la sobrevivencia de sus integrantes es la premisa.

Ahora la pregunta es si lo lograrán, sobre todo cuando se sabe que ya existían desavenencias entre ellos.

La próxima semana, la elección del gobernador interino será determinante para saber si de lo que se agarraron para seguir a flote, los sacará del tsunami.

También en los próximas semanas o meses, este grupo intentará sobrevivir no solo con la designación del candidato panista a la gubernatura, sino con ganar dichos comicios.

Pero ahora tendrán que enfrentar una elección -al parecer el 2 de junio próximo-, sin su capitán o estratega principal, ya que Moreno Valle, lo era casi todo en esta materia.

Él decía que se hacía y no se hacía, antes y después de los comicios, ahí cabe decir, esa capitanía los llevó al triunfo siempre, incluida la última elección, aunque con sus problemas que todos sabemos, el barco salió a flote.

Ahora, su falta complicará todo.

Se sabrá entonces si el incendiario grito de “justicia” de Luis Banck, calificado por algunos como mensaje de guerra, en la ceremonia luctuosa, rindió frutos o sólo quedará como epitafio de un alarido ahogado.

Tiempo al tiempo.

enero 3, 2019 - 9:35 pm

Por: Jorge Luis Castillo

Columnistas

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