Finalmente, no hubo ninguna sorpresa, a la vieja usanza del antiguo régimen priista, Claudia Sheinbaum fue ungida por el “dedo divino” del presidente López, como la candidata de Morena a la presidencia de la República.
Tal y como quedó establecido en el script, Marcelo Ebrard se declaró en rebeldía y descalificó el proceso y se negó a estar presente en el acto en el cual, la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, fue declarada como la ganadora de las supuestas encuestas levantadas.
Sheinbaum ingresó al hotel sede del evento, rodeada del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado y del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, la ex jefa de gobierno lucía un vestido de color guinda, mientras era flanqueada por los títeres designados para avalar de antemano los resultados del dedazo disfrazado de encuesta, Noroña, Adán Augusto, Manuel Velasco y Ricardo Monreal, quienes quedaron a la espera de recibir su recompensa, merced al trabajo realizado.
Reiteró, nadie se salió del guión, ahora lo único que resta por saber es, ¿qué camino tomará Ebrard? ¿Se irá de manera concertada con el presidente a Movimiento Ciudadano para dividir a la oposición? ¿Se comportará con dignidad y se unirá al Frente opositor para apoyar a Xóchitl Gálvez? O ¿No participará en el proceso y volverá a Francia?
Esas son en realidad, las únicas interrogantes que quedan por resolver, una vez que lo que ya todos sabíamos ocurrió, Sheinbaum será la representante del oficialismo y va a enfrentar en las urnas a Xóchitl Gálvez, quien parte como la víctima, ya que tendrá que enfrentar a la presidencia de la República, al aparato de los 22 gobernadores morenistas y a la institucionalización de la compra del voto a través de los programas sociales, siendo este último componente el más importante para la retención del poder.
Como ya lo he señalado, todo indica que Sheinbaum va a ser la próxima presidenta de México, pero Gálvez va a “cerrar” la elección, a unos ocho puntos y con ello, puede poner en riesgo la mayoría de Morena en el Congreso (cámara de diputados y de senadores), un lujo que el presidente López no puede darse.
La clave es Marcelo Ebrard y los movimientos que vaya a realizar. Si lo convence de quedarse en Morena, si se va a MC o decide sumarse al Frente con Xóchitl Gálvez, puede cambiar la ecuación, aunque francamente no veo este último escenario.
En el plano local, traduciendo lo ocurrido en la ciudad de México, es un hecho que será el “dedo” de López, quien decida y ya incluso sin necesidad de encuesta, como ya quedó claro en los casos de los estados de Tabasco y Chiapas, en donde el “gran elector” bajo a quienes tuvo que bajar y subió a quienes quiso subir”.
Que nadie se engañe, el “gran elector” es como en los viejos tiempos del PRI, dueño y señor de vidas, amo de horca y cuchillo y todavía es aplaudido por todos aquellos que antes reprobaban al extinto partidazo.
La candidata Sheinbaum, tal vez tenga ahora calidad para poder opinar, pero no para poder vetar y mucho menos para elegir, que no se hagan ilusiones quienes tienen sus veladoras prendidas.
Dentro de este marco, también se deberá de ver y de resolver, que le va a corresponder a cada uno de los que ayer, se prestaron a convalidar la designación de Sheinbaum, disfrazada de encuesta.
Adán Augusta va como nuevo líder nacional de Morena y además será el próximo líder de la cámara de diputados. Ya tuvo que ceder Tabasco a un grupo contrario al suyo. ¿Le alcanzará para impulsar a su amigo Nacho?
Ricardo Monreal, supuestamente, tiene en la bolsa la candidatura a la Ciudad de México, pero quien sabe si le vayan a cumplir, Omar García Harfush encabeza las encuestas y su irrupción en el escenario electoral, quizá obedezca a que no le van a cumplir al ex líder del senado o de que solo le alcanza para eso. Noroña irá al Senado y con eso estará pagado, nada más.
Manuel “el güero” Velasco es toda una incógnita, ¿para qué le alcanza? ¿Qué va a pedir? ¿Chiapas ya se le fue? ¿Le alcanzará para pedir algo a favor de su amigo Tony Gali López en Puebla?
El escenario local no se modifica de ninguna forma, luego de la ya esperada unción de Sheinbaum, por más que algunos quieran encontrarle otra traducción o subirse al carro de la ganadora.
La única forma de modificar la ecuación y reitero y perdón por ser tan reiterativo, es esperar a ver qué va a hacer Ebrard y que puede pedir a cambio de no irse, por lo demás para Puebla, las cosas siguen igual.
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Foto: @ mario_delgado
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