441 estudiantes de licenciatura escolarizada, UPAEP Abierta, Online e Intercambios, recibieron el Premio Académico Cruz Forjada de manos de José Antonio Llergo Victoria, Secretario General de la UPAEP, quien estuvo acompañado por directivos de los diferentes decanatos.
Durante la ceremonia, José Antonio Llergo, les advirtió, como generación enfrentan los retos de un mundo que se nos deshace entre las manos; donde las respuestas para afrontar las graves crisis alimentarias, de salud, de pobreza, de desigualdad, la destrucción implacable de nuestra casa común por un capitalismo salvaje que no se sacia, no están en las propuestas de las ideologías, que como su nombre lo dice, son sólo visiones parciales y, por lo tanto, partidas de la realidad.
Agregó, “propuestas de ideologías que van y vienen, de los gobiernos y en todos los niveles, de proyectos que se frustran cuando se enfrentan con la terca realidad que obliga a la suma de todos para encontrar y construir soluciones de fondo”.
Llergo Victoria felicitó a todas aquellas familias que siguen intentando formar y cuidar de sus hijos en un mundo hostil que separa cada vez más a las generaciones, “en el que el diálogo entre los jóvenes y los adultos deliberadamente se interrumpe por tantos ruidos que existen en el entorno, para distanciar, para desconocer y olvidar, quiénes somos, nuestras más profundas raíces, a nuestra familia y a nuestra cultura. Ustedes queridos universitarios, son un grupo privilegiado, por saber capitalizar los dones que han recibido, por aprender a multiplicar sus talentos”.
Dijo que es en el ciudadano cabalmente formado e informado “en quien recae una mayor responsabilidad, es la sociedad civil organizada, esa que construye a las instituciones y las hace perdurar en el tiempo; esa que promueve que existan leyes justas que promuevan la dignidad de la persona humana, en cualquier circunstancia, el respeto a la vida de su concepción y hasta la muerte natural, que lucha por la libertad de conciencia, de expresión, de educación, la libertad para formar una familia y reunirse o asociarse libremente para lograr diversos bienes comunes; es en la sociedad libre donde este mundo puede encontrar respuestas, con ciudadanos participativos, comprometidos y transformadores”, afirmó el Secretario General de la Universidad.
Apuntó, el día de hoy reciben una Cruz Forjada, como un signo, de que ser universitario es servicio, es compromiso, es sacrificio; “en el día con día es escucha a las inquietudes y problemas del otro, es espíritu de colaboración, es solidaridad con las necesidades de los más vulnerables”.
Subrayó que la Universidad, debe abrirse para escuchar las voces de sus miembros más jóvenes, que desgraciadamente, a veces son protagonistas o por lo menos conocen de manera más cercana estas realidades por la camaradería y la amistad que los une.
Durante su mensaje a sus compañeros galardonados, Paloma Valentina Moreno Juárez de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la UPAEP, subrayó que La Cruz Forjada, es el reconocimiento a su talento, perseverancia, esfuerzo, dedicación personal.
También dijo que es el resultado del compromiso que ustedes han hecho con la sociedad, ya que sin esa responsabilidad este premio se vuelve un logro sin propósito.
Paloma Valentina invitó a sus compañeros para que todos juntos, “puedan hacer de México un mejor lugar, lleno de personas con valores y principios”.
Agregó, “el nivel académico que maneja la UPAEP, nos da las herramientas para poder ser quienes somos aquí y en cualquier otro lugar del mundo”.
Enfatizó que gracias al apoyo incondicional de sus padres ha alcanzado sus sueños y logros académicos, y llegar a ser la persona que es hoy, que va en busca de sus metas y siempre busca seguir adelante. Refirió, “agradezco a mis padres por sus sabios consejos para iluminar mi camino y darme las pautas que me han llevado a sentirme realizada en mis estudios y en mi vida”.
Advirtió que el premio académico de la Cruz Forjada vale la pena, si no nos olvidamos del otro, del que sufre hambre, del que no tiene la posibilidad de estudiar, de los que lloran una ausencia definitiva. Acotó, “aquí hemos sido educados en la búsqueda del bien común y si continuamos aplicándonos con perseverancia y con el talento que ya tenemos, sumando el amor al prójimo, triunfaremos en lo profesional y, sobre todo, en lo personal, disfrutando la plenitud que deja el desarrollo íntegro de nuestra persona”.