La indolencia de las instancias públicas ante el dolor de la población convoca a los juristas a repensar los fines y modos de proceder de la práctica litigante
La Ibero Puebla llevó a cabo el cierre de la edición 2021 de la Cátedra Cossío, un espacio académico celebrado desde 2013 que funge como punto de unión entre lo que ocurre en las aulas con la realidad, donde los estudiantes interesados en la ciencia jurídica pueden tener acercamiento con expertos en la materia.
Durante el foro de clausura, José Ramón Cossío Díaz y José Antonio Bretón Betanzos, coordinador de los posgrados en Derecho de la IBERO Puebla, reflexionaron sobre los aprendizajes adquiridos en las sesiones previas. El programa de esta edición abordó los problemas que se presentan en cada una de las regiones en las que el Sistema Universitario Jesuita está presente.
La Covid devela los problemas no solo provocados por la enfermedad en sí, sino que descobija una serie de capas que encubrían la inhabilidad de las instituciones para resolver problemas. En el caso de Guanajuato, como expusieron académicos de la IBERO León, la identificación de cuerpos se dificulta debido a la inexistencia de registros adecuados.
Para futuros encuentros, comentó el ministro en retiro, será fundamental reflexionar sobre las instituciones y no solo sobre los derechos humanos, mismos que requieren de un fuerte servicio civil que los posibilite. La crisis de desaparecidos refleja de manera análoga la contención de la crisis sanitaria.
El Consejo de Salubridad tardó en salir; el secretario de Salud erró, y los indicadores para las actividades sociales no han sido claros. Por otro lado, la estrategia de vacunación ha sido aplicada a pesar del Sistema Nacional de Vacunación. “Hay una falta de normatividad para enfrentar el fenómeno. Sin leyes se complican más los problemas, se lastiman más a las personas y se genera mayor incertidumbre”.
En el espacio ofrecido por Ibero Tijuana se abordaron los problemas que niñas, niños y adolescentes afrontarán a mediano y largo plazo debido a las múltiples alteraciones a su desarrollo por el encierro y la educación a distancia. A su vez, se comentaron las estrategias para armonizar las leyes migratorias con los intereses fundamentales de la niñez, así como los riesgos de violencia a los que las juventudes están sujetas, especialmente en el hogar.
Resulta fundamental pensar en el tipo de humanidad que va a coexistir en el mundo pospandemia. “Vamos a tener que reflexionar no solo en lo que el Derecho tiene que hacer, sino en las posibilidades del Derecho para corregir, enfrentar o tratar de administrar todo lo que se viene encima”.
De acuerdo con Cossío Díaz, el interés superior del menor no se ha trasladado más allá de lo convenido en las instancias internacionales. La pandemia ha develado la falta de institucionalidad por parte de las autoridades migratorias, las cuales, lamentó, no han sido capaces de y gestionar humanitariamente los flujos de personas.
Las autoridades encargadas de reaccionar ante la pandemia tienen recursos jurídicos que han sido subutilizados. No obstante, advirtió que la generación de normas es el primer paso; el resto corresponde a las personas responsables de ejercer estos principios.
En compañía de la madre de una joven desaparecida, catedráticos de IBERO Torreón sopesaron las perspectivas de los colectivos ─mayoritariamente liderados por mujeres─ que han sufrido los embates de la inacción gubernamental y han encontrado refugio en el amor por sus familiares para contrarrestar el desencanto por los sistemas de orden público.
De tal manera que estas familias están sustituyendo el trabajo del Estado. El ministro en retiro explicó que, dado que el diseño de las legislaciones en materia de desapariciones no alcanza a lograr su cometido, lo que debería ser una solución se convierte en un problema que eleva las expectativas y entorpece las acciones sustantivas.
Por su parte, el panel del ITESO concluyó que la educación no puede verse aislada del derecho a la vida y al de la salud. Por el contrario, ha sido dejada de lado al poner el confinamiento como la prioridad máxima durante la emergencia. En ese sentido, la disputa por conquistar las demandas de cada grupo poblacional puede derivar en mayores desigualdades.
La mesa de discusión de la Ibero Puebla exploró lo fundamental de visibilizar los fenómenos jurídicos desde múltiples perspectivas. No obstante, observó José Ramón Cossío, no todos los conflictos humanos pueden ser resueltos por el Derecho. Para ello, existen mecanismos mediadores alternativos que son utilizados cuando la jurisdicción no tiene la capacidad de entender todos los elementos particulares de los conflictos.
Finalmente, la Ibero Ciudad de México encontró que los derechos humanos ya no podrían pertenecer a categorías específicas en un contexto (como el pandémico) en el que todas las garantías se ven afectadas. Estos constituyen normas jurídicas que requieren toda una construcción dogmática para hacerlos ejecutables; esto es, que exista un valor material aplicable que trascienda lo abstracto.
Hay una responsabilidad histórica de quienes hacen Derecho. La buena ciencia jurídica es la que amplía la mayor cantidad de posibilidades de las normas constitucionales. Esto requiere tener una intencionalidad en la construcción y litigar para favorecer la existencia del orden jurídico mismo. Esta tarea, cerró el exministro, corresponde a quienes ejercen la abogacía.
Para volver a ver la clausura de la Cátedra Cossío, ir al siguiente link: https://youtu.be/M3FafsoUR50