Enfermedades cardiovasculares, renales, cancerígenas y congénitas. Estos son solo algunos de los efectos que la contaminación ambiental tiene en la salud de la población, sobre todo en zonas de alto riesgo o que ya representan una crisis sanitaria significativa.
Ante esto, en el conversatorio Salud y contaminación ambiental en la zona centro de México, investigadoras y académicas de la Ibero Puebla revisaron a profundidad dos grandes ejes ambientales que impactan significativamente la salud y el bienestar de la población mexicana: las enfermedades de la población circundante a la cuenca del Alto Atoyac y la implementación de un esquema de trabajo en casa para la zona metropolitana del Valle de México.
El evento se enmarcó en la celebración de los 40 años de la Ibreo Puebla, en los que, como institución preocupada por el cuidado de la casa común, busca generar proyectos de incidencia social que marquen un cambio positivo para el medioambiente en la región y el país.
Atoyac: fuente de más de 587 enfermedades
Desde hace más de una década, la cuenca del Alto Atoyac es considerada Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA) por las secretarías federales de Salud, y Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONAHCYT).
Los impactos al medioambiente han sido inconmensurables, al igual que los efectos a la salud de las poblaciones que colindan con este importante cuerpo de agua. Casi 4 millones de conviven diariamente con este foco de infecciones y enfermedades crónicas no transmitibles que, estima Gabriela Pérez Castresana, llegan a 587 de 14 grupos diferentes.
La académica e investigadora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la Ibero Puebla, analizó las tendencias de tres padecimientos específicos en este sector poblacional: deficiencia renal crónica, leucemia linfoide, y enfermedades congénitas.
“Se observa que definitivamente existe un problema de salud en la cuenca. Cuando nosotros vemos el patrón de crecimiento en los grupos de enfermedades, observamos que las tres enfermedades que analizamos presentan una tendencia creciente en el tiempo”, y que, además, afectan principalmente a los jóvenes.
La leucemia y la insuficiencia renal son los dos padecimientos con mayor incidencia a lo largo de tres años, tiempo en que se llevó a cabo la investigación. Se concentran en los municipios de San Martín Texmelucan, Huejotzingo, Cuautlancingo, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, y en Tlaxcala, Apizaco y Tlaxco.
“Los factores ambientales que están generando esas condiciones de riesgo son por la presencia de diversos tipos de industrias. [Ocurre en] aquellos municipios en donde hay muchas industrias de diferentes giros de manufactura, donde hay una preponderancia de industrias textiles, de papel, de productos metálicos, o donde hay ladrilleras”, explicó la académica.
En ese sentido, la Dra. Pérez Castresana hizo hincapié en que hay que mitigar las vulnerabilidades de las comunidades que padecen los efectos de la cuenca Alto Atoyac para poder disminuir los riesgos ambientales que, para este punto, se tienen que atender desde un esfuerzo intersectorial por parte de las autoridades.
Teletrabajo podría ayudar al medioambiente
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, en el segundo trimestre de 2023 la Población Económicamente Activa (PEA) del país fue de 60.2 millones de personas, de las cuales poco más de 20 millones se concentran en la zona metropolitana del Valle de México (ZMVM) y sus periferias inmediatas.
La densidad poblacional y la concentración de las oportunidades laborales en el centro de esta área provocan que una significativa masa de trabajadores y trabajadoras tengan que trasladarse diariamente de un punto a otro, lo que ocasiona caos vial, emisión de gases de efecto invernadero, desgaste físico y emocional, y las carencias en el sistema de transporte público empeoran estas condiciones.
Ante esto, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, académica e investigadora del IIMA, realizó un análisis del costo-beneficio del esquema de trabajo en casa, en el que demostró las significativas mejoras que tendría para la calidad de vida en la ZMVM.
En datos de la investigadora, se estima que el 57% de la fuerza trabajadora que se concentra en la zona podría permanecer en un esquema presencial, y el 43% podría ejercer sus actividades laborales de forma remota sin ningún inconveniente, ya que su ocupación no requiere de una presencialidad fija.
Estos datos cambian dependiendo de la ciudad que se analice. Sin embargo, Ibarrarán Viniegra remarcó la importancia de este tipo de análisis no solo por su valor estadístico, sino por su utilidad para la construcción de políticas públicas que beneficien al sector laboral mexicano.