“Comer es una necesidad vital y no es gratis, no solo por el precio, sino por el impacto que tiene. La agricultura y la ganadería son responsables de aproximadamente 11 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero; aunque hay fuentes que lo cifran entre 20 y 25 por ciento” señaló José Miguel Mulet, durante su presentación en el Coloquio Cinvestav, del mes agosto.
En la ponencia “Cosas que puedes hacer para proteger al planeta y ser un ecologista real”, el catedrático del Departamento de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia, España, ahondó en temas que contribuyen a disminuir la huella que va dejado la humanidad y que se encuentran en su última publicación titulada “Ecologismo real”.
Uno de los aspectos centrales que abordó, y que contribuye a la generación de contaminación ambiental todos los días, es la comida. El calentamiento global, junto con el crecimiento demográfico, hace que la producción de alimentos sea cada vez más complicada; sin embargo, se plantea la posibilidad de generar una dieta que impacte en menor medida al planeta.
La alternativa es seguir una dieta flexitariana; es decir, basada en el consumo mayor de alimentos vegetarianos y pescado; productos cárnicos, aceites vegetales y legumbres en menor proporción, y prácticamente nada de alcohol ni alimentos procesados como los dulces. Pero esto no representa una solución universal, porque los costos de producción de esos alimentos dependen de variables como el lugar de origen y destino final donde se consume el producto.
De ahí que el transporte, fuente principal de gases de efecto invernadero, fue otro punto a discutir. A pesar de ya existir alternativas al uso de gasolina o diésel para intentar disminuir la expulsión de contaminantes, utilizar carros eléctricos no es una opción totalmente certera pues, aunque tiene la ventaja de no generar ruido ni arrojar humo, para cargarlo es necesaria la electricidad y en todo el mundo, generarla conlleva quemar petróleo, gas y carbón, tres de los principales contaminantes.
Existen otras alternativas para suplir los medios de transportes actuales, una opción es comenzar a utilizar carros que empleen hidrógeno, el cual además de generan vapor de agua, también produce energía limpia; el problema resulta cuando no existe la infraestructura para almacenar esa energía ni asegurar el correcto funcionamiento.
Si bien es cierto que es necesario implementar políticas para contrarrestar el cambio climático, está en las manos de cada habitante de la Tierra tomar decisiones conscientes en el día a día, pues las acciones tienen impacto directo en el medio ambiente y si cada persona genera un cambio, se puede conseguir que la huella ambiental se reduzca al mínimo, concluyó el ponente.