La nueva colección de Carolina Herrera, concebida por Wes Gordon, director creativo de la firma, ha generado descontento en México, pues incorpora en sus prendas diseños y elementos identitarios de los pueblos originarios del País.
El propio Gobierno mexicano ha señalado esta apropiación, sin crédito alguno para las comunidades.
La Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, envió el lunes una carta de reclamo a la casa de moda y pidió una explicación pública.
Además, solicita a la modista y a su creativo que aclare si las comunidades de las que provienen los diseños usados en su nueva colección se verán beneficiados de las ventas.
Una de las prendas, por ejemplo, es un vestido blanco que tiene bordados animales de colores brillantes que se entrelazan con flores y ramas.
«(El) bordado proviene de la comunidad de Tenango de Doria (Hidalgo); en estos bordados se encuentra la historia misma de la comunidad y cada elemento tiene un significado personal, familiar y comunitario», dijo Frausto en el documento.
Otros casos citados son prendas que retoman diseños del istmo de Tehuantepec, o dos vestidos cuya base es el famoso sarape de Saltillo.
Frausto expuso que esta situación puede insertarse en un debate mundial sobre los derechos culturales de los indígenas.
«Se trata de un principio de consideración ética que nos obliga a hacer un llamado de atención y poner en la mesa un tema impostergable (…) promover la inclusión y hacer visibles a los invisibles».
Con información de El País