La apropiación cultural está en boca de muchos. Al menos, en la de aquellos que buscan refutar el éxito del algún artista que ha decidido bucear en géneros musicales de los que no ha mamado (o sí, como en el caso de Rosalía, toda una experta en torear esta acusación y salir airosa).
Ahora es otra estrella internacional la que debe demostrar que no está intentando comercializar, en este caso, la estética queer para ganar popularidad, dinero y, además, convertirse en una reina LGBTQ+, siendo cis, heterosexual y blanca. Ella es la archiconocida Taylor Swift, y la polémica, incluir a estrellas de la comunidad queer en su videoclip You need to calm down.
Todo ha comenzado cuando la cantante y compositora Christine and the Queens, abiertamente pansexual y defensora de los derechos LGBTQ+, ha comentado en una entrevista para la edición británica de la revista Cosmopolitan que la cultura queer se ha vuelto un producto más del sistema capitalista.
Y para ejemplificar sus palabras ha hecho referencia a este vídeo que acumula más de 147 millones de visitas en el que se puede ver cómo personalidades de la talla de RuPaul, Ellen DeGeneres y Adam Lambert luchan contra la homofobia.
«Tras cinco años de estar en la industria puedes ver que el trato que se le está dando a lo queer es el de un accesorio súper elegante», contestaba Chris, como también se la conoce, cuando la periodista le pregunta directamente por su opinión sobre este popular videoclip. «Se nota que se está utilizando para vender cosas. Que el mainstream necesita su energía, porque es muy vibrante, pero creo que la esencia de la estética queer no se puede vender».
Por el momento, Swift no ha hecho declaraciones de lo comentado por su compañera de oficio.
Christine and the Queens, quien logró mucha popularidad con su debut en 2014 (su primer álbum Chaleur Humaine fue el más vendido de ese año en Reino Unido) ha hablado desde sus comienzos musicales de su sexualidad sin tapujos. De hecho, en esta misma entrevista a la revista Cosmopolitan asegura que cuando se definió por primera vez como pansexual, «fue como una detonación».
«A veces me hacían sentir sucia y obscena. Es solo una orientación sexual, no hay nada perverso en eso», ha aseverado a la periodista, antes de contarle que por eso nació Christine, su alter ego musical, «para combatir la ira» y escapar de una realidad injusta con las orientaciones sexuales no normativas.