Los Ángeles, 5 Dic (Cine Premiere).- Adam Sandler no lee las críticas a sus películas desde que estelarizó una de las comedias que le dieron mayor impulso a su carrera y que hoy es recordada como un clásico de culto por el hecho de ser la que demostró que podía hacer de su talento para la comedia un éxito en las salas de cine.
Hablamos de Billy Madison (1995), aquella en la que Sandler interpreta al consentido y maleducado heredero de una cadena de hoteles que se ve obligado a regresar a la escuela primaria, a pesar de tener 27 años. Como dijimos unas cuantas líneas antes, hoy la cinta es considerada una de las mejores –en el ámbito cómico, claro está– del actor, que al momento de protagonizarla estaba en la mejor etapa de su carrera, pues en esos años también formaba parte del elenco de Saturday Night Live.
A sus fans les encantó la película, ya que en ella Sandler despliega todo su arsenal de boberías para arrancar carcajadas. Sin embargo, la crítica especializada no encontró nada que alabar o, por lo menos, nada que destacar. Así lo recordó el actor de Son como niños (2010) en una entrevista reciente con Entertainment Weekly:
«Cuando tenía 17 años y me metí en esto, no pensaba en las críticas… Ni siquiera me di cuenta de que eso iba a pasar. Sólo pensaba que si hacías películas, la gente iba a verlas. Cuando se estrenó Billy Madison, mi amigo que la escribió [Tim Herlihy] y yo dijimos: ‘¡Sí, van a escribir sobre esto en Nueva York!’ Crecimos leyendo los periódicos, íbamos a la Universidad de Nueva York. Y entonces leímos la primera crítica y pensamos: ‘Dios mío, ¿qué pasa? Nos odian’. Y luego dijimos: ‘Debe haber sido este periódico’, pero luego el 90% de los periódicos decían: ‘Esto es basura’».
Después de esa experiencia, tanto él como Herlihy decidieron que no dedicarían más tiempo a leer lo que se escribía sobre sus filmes, pues supieron que sería algo “muy duro” si continuaban haciéndolo. Sandler dijo:
“Yo digo que de las dos o tres primeras, Happy Gilmore. La mejor de mis bodas, todavía oíamos hablar de ellas. La gente nos llamaba para decir: ‘¿Puedes creer que hayan dicho esto sobre ti?’ Yo decía: ‘No lo he leído, hombre’”.
La relación de Adam Sandler y las críticas siempre ha sido agridulce. Si bien, no se escribieron buenas cosas de Little Nicky: El hijo del diablo (2000) o La herencia del Sr. Deeds (2002), la historia fue otra cuando se estrenaron filmes más independientes como Embriagado de amor (2002), Diamantes en bruto (2019) o Garra (2022), todas ellas de las cuales se destaca que, cuando está bien dirigido y le pone pasión a su actuación, es un gran intérprete.
“Y está bien, lo entiendo. Los críticos no van a conectar con ciertas cosas y con lo que quieren ver. Entiendo que no haga clic con ellos”, dice, sin resentimientos.
Sandler ha ganado los premios Gotham e Independent Spirit por su trabajo en Diamantes en bruto, de los hermanos Safdie.