A diferencia de lo que muchos creen, enero no es la fecha donde más mexicanos van a empeñar objetos para hacerse de un dinero extra, ya que son los meses de agosto y octubre cuando más personas acuden a este tipo de negocios para hacer frente al regreso a clases, o tener capital.
De acuerdo con director general de Montepío Luz Saviñon, Roberto Kiehnle, en el país hay tres marcas de casas de empeño de asistencia, las cuales tienen una participación del 50 por ciento del mercado, mientras que en el sector privado hay alrededor de 400 firmas.
En entrevista con Notimex, señaló que quienes acuden a una casa de empeño son aquellas personas que buscan un crédito emergencia, inmediato, por montos muy pequeños los cuales no atienden las instituciones financieras
Y es que, expuso, por ejemplo, en Montepío Luz Saviñón el crédito promedio es de dos mil 300 pesos, sin embargo, arriba de 60 por ciento de las operaciones que realiza son debajo de los mil pesos.
“Hay varios mitos en relación a este sector, se habla que la gente que empeña tiene un perfil de forma irresponsable, pero con estudios de mercado podemos comprobar que no es así”, aseguró el directivo.
Explicó que las personas que empeñan, por lo general tienen una emergencia o no le gusta pedir prestado, por lo cual opta intercambiar un bien por dinero, donde el 83 por ciento la recupera y solo hay índice de no recuperación del 17 por ciento.
“Hacemos todo lo posible para que el cliente recupere la prenda porque, desde el punto de vista conveniencia, si el cliente recupera la prenda puede volver a empeñar y si la pierde, perdemos un cliente”.
Por lo que, dijo, las casas de empeño asistenciales cuentan con plazos adicionales a las privadas, ya que por lo general dan hasta seis meses a comparación de los privados donde los plazos llegar a ser de dos meses.
“La industria de crédito prendario en México, comparado con otras a nivel internacional, es de las más grandes», apuntó Kiehnle.
Destacó que el mercado de las casas de empeño con fines sociales se ha mantenido estable, sin crecimientos, pero hay otro modelo de negocios privados que van a salir por rentabilidad, que a una ayuda social.
Sin embargo, señaló que existen retos, ya que cuando la gente empieza a bancarizarse, son clientes que las casas de empeño pierden, de ahí la necesidad de modernizarse.
“Los retos son modernizarnos, porque llevamos más de 100 años otorgando créditos de forma inmediata y hoy hay muchas alternativas de crédito en el mercado como que también atacan a la parte baja de la pirámide”, detalló.
Dijo que el peor mes para las casas de empeño es enero, en termino de otorgamiento de créditos, ya que debido a los aguinaldos las personas cuentan con liquidez y generalmente las largas filas son para pagar.
“Cuando abres el primer día de enero la gente llega a pagar… los mejores momentos son el regreso a clases y normalmente en estas fechas (octubre), donde la gente se hace de inventario para sus ventas navideñas”, agregó.
Por Roberto Noguez