La pérdida de empleos y deterioro en los ingresos que se prevé por el brote de Covid-19 llevará a que la deuda de las familias mexicanas se eleve y sea más difícil de enfrentar, coincidieron especialistas.
Actualmente, esta deuda -que incluye créditos hipotecarios y al consumo como tarjetas, personales y de nómina- se ubica en 16.5 por ciento del PIB, según datos del Banco de México, y se prevé que este indicador se eleve en los siguientes meses debido al cierre que el Covid-19 generó en las empresas y a la posible pérdida de empleos, advirtieron.
José María Aramburu, director general de la Facultad de Derecho de la Universidad la Salle, señaló que aún con los diferimientos de deuda a cuatro meses que ofrecieron los bancos, se verán problemas porque no se dejarán de cobrar intereses ordinarios en ese periodo, sólo se eliminarán los intereses y comisiones moratorias.
«Hay familias que no están teniendo ingresos este mes, porque no les están pagando o porque no hay demanda por sus servicios», señaló Aramburu.
Según un ejercicio realizado por el periódico Reforma, un crédito hipotecario en el que una familia debe 505 mil 698 pesos, crecería a 520 mil 690 pesos, con una tasa de interés de 10 por ciento anual y diferido a cuatro meses. Con ello, la mensualidad crecería de 5 mil 57 pesos a 5 mil 207 pesos.
Para el caso de una deuda de 25 mil pesos en tarjeta de crédito con una tasa de 68.09 por ciento, diferir a cuatro meses la elevaría a 29 mil 498 pesos. Con ello, la mensualidad se iría de mil 418 a mil 673 pesos, solo con intereses, es decir, sin considerar anualidad y otro tipo de comisiones.
Mario Di Costanzo, ex presidente de la Condusef, calculó que al menos 150 mil pequeñas y medianas empresas podrían cerrar por efecto de la contingencia, ya que en la crisis de 2008 y 2009 dejaron de funcionar 250 mil.
Con información de Reforma