El caso de una atleta italiana de origen nigeriano ha sido la gota que colmó el vaso en los episodios racistas.
Daisy Osakue, de 22 años y campeona de lanzamiento de disco, volvía sola a casa la madrugada de ayer cuando un grupo de jóvenes comenzó a perseguirla desde un coche y a lanzarle huevos.
Uno de ellos le alcanzó un ojo y le provocó una lesión en la córnea de la que tuvo que ser operada.
La joven dice que aunque no recibió insultos xenófobos, cree que los atacantes iban buscando expresamente a una persona de color.
«¿Quién sale con huevos en la mano a esas horas? Ya he sido víctima de racismo en otras ocasiones, pero hasta ahora habían sido solo ataques verbales. Cuando se pasa a la acción significa que se ha sobrepasado un muro», dijo a los medios italianos.
En el último mes y medio, ya son más de 10 las víctimas por una oleada de racismo que está recorriendo todo el país, en medio de la retórica antimigrante del nuevo Gobierno.
Este incidente fue la estampa con la que Italia amaneció ayer y en la que Daisy ha sido la segunda víctima de agresiones con trasfondo xenófobo en menos de 24 horas.
El día antes, el país también se despertó con una noticia alarmante. Durante la noche, dos italianos habían perseguido en coche en la localidad de Aprilia, cerca de Roma, a un hombre de nacionalidad marroquí, de 43 años, hasta sacarlo de la carretera, alegando que era un ladrón.
Además, los agresores fueron después a pie hasta el vehículo siniestrado y propinaron al hombre convaleciente puñetazos y patadas. La autopsia aún debe esclarecer las causas de la muerte.
Después de los últimos casos, la Oposición y algunas asociaciones comenzaron a hablar de una alerta de emergencia por la situación, pero el Gobierno italiano la niega.
El Ministro del Interior, Matteo Salvini, continuó en su línea de criminalizar cierta migración.
«La alarma racista es un invento de la izquierda, los italianos son buenas personas, pero su paciencia se ha acabado. Yo, como Ministro, trabajo desde hace 58 días para dar seguridad y serenidad a nuestras ciudades», afirmó.
Por su parte, la Ministra de Asuntos Públicos, Giulia Bongiorno, también de la xenófoba Liga, siguió el camino de su compañero de filas en una entrevista con el diario La Repubblica.
«La única alarma es la del caos que nace de las decisiones equivocadas y discriminadas de la apertura de las puertas a cualquier tipo de inmigración», apuntó.
Fuente: Lorena Pacho / El País Internacional