Una de las características del equipo varonil de basquetbol de la Universidad Madero es la sólida defensa con la que los Tigres Blancos mantienen distantes de su aro a las quintetas rivales.
Este sello del equipo fue impreso por el coach Juan Manuel Solano, quien desde su llegada al banquillo enfatizó que esta línea sería indispensable para catapultar a los felinos a los mejores puestos de la clasificación de la Liga ABE.
Durante la campaña 2019-2020, por parte de UMAD destacó en la zona defensiva el alero Aldo Terrazas, quien tras superar un primer año donde tuvo escasos minutos, para su segunda campaña fortaleció el rol que desempeña en el equipo, mismo que esencialmente consiste en ejercer presión sobre los principales jugadores de los equipos rivales, a quienes suele quitarles balones, ganarles rebotes o bien, neutralizar.
De su crecimiento como jugador y del rol que desempeña con el equipo felino, esto manifestó Aldo Terrazas: “Me gusta tener la responsabilidad de pedir el balón y atacar, pero considero que mi principal rol en el equipo es defender.
Puedo no anotar muchos puntos en un partido, sin embargo, mi labor es más defensiva y precisamente consiste en frenar a los jugadores ofensivos de los equipos rivales, lo cual considero que es muy importante porque el proteger tu aro y evitar que anoten es igual de valioso que encestarporque a final de cuentas son puntos menos en contra que pueden ayudarnos a ganar los partidos.
En estos momentos me considero un jugador aguerrido y que va a todas ya sea en la ofensa o la defensa, pero antes, cuando jugué mi primer año, como supongo que les pasa a todos los novatos, tenía cierta pasividad para tomar decisiones y eso era algo que no me gustaba de mi juego.
El coach Juan (Manuel Solano) me dio la confianza y me solicitó que me esforzara, lo cual llevé a cabo poniéndole más intensidad a cada actividad que realizaba”.
Finalmente, Aldo Terrazas, alero de 1.85 metros, reconoció que durante el par de temporadas que lleva jugando para Tigres Blancos UMAD ha tenido grandes satisfacciones, entre ellas jugar los Ocho Grandes y también ser motivo de orgullo para su familia, misma que a pesar de la distancia,sigue sus juegos a través de las transmisiones que se realizan desde el Gimnasio Enrique Taylor.
“Mi familia es parte de todo este proceso que me ha llevado a estudiar y jugar para UMAD. Ellos me apoyaron para venir y aunque están lejos, en el norte del país, siempre siguen los juegos que se transmiten y si bien no los tengo cerca físicamente, siempre hablo con mi familia al terminar un partido porque son parte importante de mi crecimiento como estudiante y deportista”.