Hace una década, el Hospital Psiquiátrico Infantil Doctor Juan N. Navarro no atendía intentos de suicidio de niños menores de 10 años. Ahora tratan de tres a cuatro casos al mes. Al Hospital Juárez de México le llegan, en promedio en este lapso, de dos a tres emergencias de este tipo.
Trastornos mentales, enfermedades como depresión por entorno familiar, abuso de sustancias, desatención o negligencia de los padres son algunas de las causas por las que los niños de esta edad recurren a esa salida desesperada, alertan especialistas de ambos hospitales.
«Hace 10 años era raro que un niño de 8 años tuviera un intento suicida. Ahora, cada vez hay más pequeños que intentan suicidarse. La base de los padecimientos es muy diferente», explica Ana Teresa Díaz Calvo, especialista del Hospital Psiquiátrico Infantil Doctor Juan N. Navarro.
Las causas pueden deberse a un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, pueden tener problemas en la dinámica familiar, por producto de un cuadro psicótico, por trastorno bipolar o por abuso de sustancias, detalla.
Precisa que la depresión es la principal causa.
«En este último año, 179 chicos se hospitalizaron por un trastorno depresivo», señalaa.
La especialista asegura que, en general, los intentos suicidas son más agresivos en los varones.
Ellos intentan ahorcarse, mientras que las niñas ingieren pastillas o se cortan las venas.
De acuerdo con la experta, en la mayoría de los casos, esos intentos suceden por descuido en el núcleo familiar.
«Hay disolución de la familia. Son familias monoparentales, con mamás como jefas de familia que tienen que salir a trabajar, o los dos papás tienen que salir a trabajar y tienen pocas redes de apoyo. El niño se queda con la abuelita o, en ocasiones, pasan mucho tiempo solos. La dinámica familiar es difícil. Son familias caóticas, con muchos problemas de violencia y de pobreza», advierte.
Por otra parte, Ricardo Gallardo, jefe de Psiquiatría del Hospital Juárez de México, detalla que no todos los niños con intento suicida tienen depresión y, más bien, son impulsivos.
«Hay una gran pérdida de tolerancia a los eventos cotidianos, y entonces tienen actos impulsivos, pero no todos están deprimidos», comenta.
Para el experto, una problemática es que, en muchas ocasiones, los papás les proporcionan lo material, pero la parte afectiva está descuidada.
«Cuando los papás están con los hijos y se comunican y platican con ellos, los hijos se sienten seguros de sí mismos, pero, cuando esto no sucede, se sienten abandonados y sienten una gran rabia. Ante la misma frustración, cometen este tipo de actos».
Ubique riesgos
Es fundamental que los papás estén atentos de los síntomas de alarma, especialmente de la depresión.
-La falta de sueño, dormir de más, perder peso o el desinterés por actividades que antes disfrutaban son señales de riesgo.
-Son signos que impactan en su funcionamiento global, por lo que esto tiene que llamar la atención de los padres.
-Debe atenderlos de inmediato si externan su deseo de morirse.
-Para prevenir estos casos los padres deben mostrar interés en ellos y tener acercamiento emocional.
Fuentes: Ana Teresa Díaz , especialista del Hospital Psiquiátrico Infantil y Ricardo Gallardo, jefe de Psiquiatría del Hospital Juárez de México
Con información de Reforma