En México se registran al año aproximadamente 100 mil infecciones asociadas al cuidado de la salud, las cuales provocan que de dos a tres por ciento de los pacientes fallezcan por afectación de bacterias resistentes, y se estima que para 2050 serán la primera causa de muerte a nivel mundial, advirtió la coordinadora de Actividades de la Red del Plan Universitario para el Control de la Resistencia Antimicrobiana (Red PUCRA), del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM, María Guadalupe Miranda Novales.
“Decimos que es una pandemia en silencio porque no se ve, no se anuncia, pero es triste que las personas mueran en los hospitales por infecciones debidas a bacterias resistentes”, señaló la especialista universitaria.
En Estados Unidos -donde hay mayor seguimiento epidemiológico- en 2019 se registraron 2.8 millones de enfermos y más de 35 mil muertes por bacterias resistentes a los antimicrobianos, agregó Miranda Novales.
En ocasión de la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos, que se realizará del 18 al 24 de noviembre, la pediatra infectóloga recordó:
Esta conmemoración se estableció en mayo de 2020, cuando el Comité Ejecutivo que incluye a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó esta campaña.
El objetivo es sensibilizar sobre el fenómeno mundial de la resistencia a estos fármacos, alentar al público en general, a los trabajadores de la salud y a las instancias normativas para prevenir y contener su propagación.
Esta lucha requiere de la alianza tripartita y ser abordada a partir de la perspectiva integral de One Health o Una Salud, ya que el uso de los antimicrobianos también se utiliza inadecuadamente como promotores del crecimiento de animales y de algunos cultivos, añadió la investigadora adscrita a la Unidad de Investigación en Análisis y Síntesis de la Evidencia, del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
En ese contexto, la Universidad Nacional ofrecerá de manera gratuita el curso “Antibióticos: ¿cómo, cuándo y para qué?”, abierto a la población en general, a través de la plataforma Coursera.
Expertos de la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED), de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) y del PUCRA, así como del Instituto Nacional de Salud Pública, diseñaron esta actividad académica.
Esperamos que mucha gente pueda enterarse cuál es el problema: por qué es importante que no lo demande o consuma en cualquier momento, por qué no debemos de guardar lo que nos sobra, y después utilizarlo. Son muchas las situaciones que tienen que abordarse y es difícil que una sola persona o grupo logre todos los objetivos, aseveró.
Vigilancia epidemiológica en México
La profesora del Programa Maestría y Doctorado de Ciencias Médicas Odontológicas y de la Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM recordó que un objetivo propuesto por la OMS es que los países reduzcan 20, 30 o hasta 50 por ciento el uso de antimicrobianos.
En 2017, agregó, la Universidad Nacional creó el Plan Universitario para el Control de la Resistencia Antimicrobiana y en los últimos cuatro años se dedica a revisar cuál es el panorama nacional en este rubro. Cuenta con el apoyo de cerca de 30 instituciones y hospitales del país, los cuales brindan información sobre miles de bacterias aisladas de sangre y orina.
También se registra el consumo en hospitales de la Red, y aunque observan disminución en el uso de antimicrobianos, todavía es mínima.
Para la experta es necesario ampliar el trabajo con el personal médico de primer nivel de atención, que las autoridades supervisen la prescripción de estos medicamentos, incluso concientizar a la comunidad en general para que cuando una persona acuda a consulta por una enfermedad respiratoria aguda no exija que se le prescriba un antibiótico.
“Este problema es de todos, no sólo de los médicos, ni de los fabricantes de los antibióticos, nos afecta a todos y una pequeña participación puede significar mucho”, consideró.
Adaptación
La integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) explicó que como parte de su proceso evolutivo las bacterias se adaptan, modifican su material genético, mutan y se hacen resistentes incluso a sustancias del medio ambiente.
Antes, como había grupos reducidos de medicamentos y las bacterias estaban menos expuestas, varias morían y algunas sobrevivían, pero en una cantidad que no representaba un problema en la salud del individuo. Actualmente los hay con mecanismos de acción diferentes, y una sola bacteria puede mutar y terminar con cinco, seis o 10 “armas” que la defienden.
“Además, las bacterias pueden intercambiar sus mecanismos de resistencias, logran transferir, unas a otras, material genético, incluso en bacterias de diferente género y especie. Eso les ha generado mecanismos sumamente adaptados a sobrevivir y nos están ganando la batalla contra los antibióticos y contra nuestros propios mecanismos de defensa, al impedir que las eliminemos”, concluyó.