Danna Helena, Joselyn y Danna Habibi ven en la dialéctica argumentada la estrategia para defender sus perspectivas frente a interlocutores retadores.
Suele pensarse que la adolescencia es la época para llevar la contraria; también es la etapa en la que se construye la identidad. Danna Helena Guerrero Islas, Danna Habibi Cerezo Alcázar y Joselyn Sandoval, estudiantes de tercer semestre de la Prepa Ibero Puebla, hacen de la discusión argumentada una de sus fuentes de crecimiento personal y profesional.
Danna Guerrero y Danna Cerezo obtuvieron el primer lugar en la modalidad World School Debate del 11.o Encuentro de Debate Interprepas 2022; Joselyn, el segundo. El gusto de las tres chicas por exponer sus puntos de vista de manera informada se concatena con otros intereses como salir con amigos, tocar instrumentos, practicar deporte y ver los partidos del Mundial de Qatar a escondidas, mientras el profesor da cátedra.
Las jóvenes forman parte del grupo de interés de debate de la preparatoria, un espacio representativo en el que se busca desarrollar el pensamiento crítico y la lectura entre líneas. Así lo refiere la profesora responsable, Allison Madrid Perry: “Al final, no gana quien tenga la razón en el debate, sino quien supo convencer mejor a los jueces. Esa es una habilidad que te llevas a todo”.
El concurso logró su independencia tras formar parte de un encuentro deportivo que sumaba a diferentes bachilleratos de la Red de Colegios Asociados Jesuitas. Su convocatoria anual, según aprecian las participantes, permite que los estudiantes conozcan no solo las diferentes formas de pensar y posicionarse frente a distintos temas, sino las técnicas y lenguajes que cada institución utiliza en sus argumentaciones.
Joselyn Sandoval relata que la primera moción discutida en el certamen tuvo que ver con el programa migratorio Quédate en México. La delegación de la Prepa IBERO Puebla, preparada para argumentar a favor y en contra, se enfrentó a un bachillerato que concursó de manera remota. Las complicaciones técnicas llevaron a que el equipo rival desistiera y se otorgara la calificación directa a las poblanas.
En un segundo momento, la moción asignada fue acerca de la corrección política y la libertad de expresión. La joven recuerda con recelo la actitud de sus contrincantes: “Ellos no refutaban tanto nuestros argumentos, refutaban más nuestra forma de debatir”. El equipo de Puebla perdió su segundo debate.
Al día siguiente, se armaron equipos mixtos en los que Joselyn compartió con jóvenes de Tlaxcala y Ciudad de México; Danna Guerrero y Danna Cerezo quedaron en el mismo grupo. Ambos frentes calificaron a la final, donde se abordó una conversación sobre noticias y caricaturas políticas.
El poder de la palabra
El debate es un ejercicio en el que el contraste argumentado de ideas es vital. Así lo describe Danna Guerrero: “Tienes que dejar tus ideologías a un lado. Si te dicen ‘esto es verde’, tú tienes que apoyar que esto es verde. No puedes estar en contra de lo que te digan. Tienes que buscar tus argumentos en ambas situaciones a favor y en contra. Tienes que buscar los pros y los contras, y de ahí sacar todos tus argumentos”.
Los concursos demandan una adopción de postura en tiempo récord. La joven comparte que las sesiones impromptu asignan 10 minutos para preparar los temas, para lo cual la ideología y los conocimientos individuales pueden ser utilizados como puntos de partida.
Entradas en el ecuador del bachillerato, las jóvenes comparten sus ganas de continuar en el equipo de debate. Danna Guerrero encuentra potencial en la dialéctica no solo para sus aspiraciones como futura abogada, sino en su vida personal. Por su parte, Danna Cerezo ya se imagina como integrante del Modelo de Naciones Unidas que promueve la Prepa Ibero Puebla.
Madrid Perry, quien también es egresada de la Ibero Puebla, fungió como jueza en cuatro mesas del Interprepas. Allí constató la importancia de contar con experiencias que acerquen a los estudiantes a realidades y prácticas distintas. Por su parte, Leopoldo Díaz Mortera apunta que se trató de la primera edición presencial luego de tres años de virtualidad por la covid.
“La intención siempre ha sido crear condiciones y crear un espacio para que nuestros jóvenes empiecen a formarse con una mayor conciencia ciudadana, que aprendan a dialogar y a discutir con lo que es distinto”, asegura el jefe de Academia y asesor del equipo representativo.
Ambos catedráticos coinciden en el valor del grupo de debate como un espacio para la formación de personas con ansias de construir una mejor versión de sí mismas. “El pensamiento crítico es la marca fundamental de los sistemas jesuitas. Aprender criticidad, poder ver más allá de lo que te están presentando, leer entre líneas también”, concluye Allison Madrid.