Como ya es una tradición, la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos de la Universidad Iberoamericana Puebla llevó a cabo la VI Feria de los Alimentos, espacio que sirve para la exposición de trabajos desarrollados a lo largo del semestre y cuyo propósito es brindar alternativas que contribuyan a la reducción de la brecha alimentaria en el estado y el país.
En esta ocasión, el fin social de la Feria de los Alimentos se alineo con la misión 2030 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la cual lleva por nombre Hambre Cero para el 2030: sí es posible, la cual busca erradicar la desigualdad alimentaria que prevalece en el mundo.
Ante este escenario, alumnas y alumnos que cursan entre el primer y el octavo semestre de la Licenciatura se organizaron para desarrollar 35 trabajos para atender alguno de los cinco objetivos de esta campaña de la FAO que busca favorecer a grupos vulnerables.
El presídium estuvo encabezado porFernando Fernández Font; rector de la Ibero Puebla; Guadalupe Chávez Ortiz, directora del Departamento de Ciencias de la Salud; Leticia López Posada, coordinadora de la Licenciatura de Nutrición y Ciencias de los Alimentos; Elia Irigoyen García, coordinadora de Nodo de Innovación Empresarial del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT); y María Mogallón Mondragón, representante de la asociación civil Con un Mismo Corazón.
Bajo esta mirada, Fernández Font, agradeció el esfuerzo de alumnos y docentes para hacer posible este evento, así como la creatividad de sus trabajos para atender las necesidades de los más vulnerables. “Ayudar a los más necesitados es el sello característico de una Universidad Jesuita, ésta debe poner la inteligencia universitaria al servicio del prójimo”.
Asimismo, el rector de la Ibero Puebla manifestó que es urgente poner los conocimientos al servicio de un mundo sin hambre, por lo que alinear cada uno de estos 35 proyectos con la misión de la FAO, resulta sumamente gratificante. “Encontrarse con el pobre es la única manera de que nuestro mundo pueda cambiar de dirección”.
Para concluir, el Padre Rector retomando las palabras del General de la Compañía de Jesús, el Padre Arturo Sosa, indicó que la misión de los jesuitas es contribuir a solucionar lo imposible. “Ese es nuestro sueño. Hacer las cosas posibles y por ello trabajamos cada día. No podemos permitir que la hambruna alcance a más personas, nuestro trabajo es unir lazos y encontrar respuestas”.
Al término de la inauguración se llevó a cabo la presentación de algunos proyectos, así como la degustación de los 35 trabajos realizados. En este espacio los alumnos y alumnas explicaron la razón de ser de su esfuerzo y del objetivo de los mismos con la misión de la FAO.
Las primeras en presentar fueron las alumnas de la materia de Normatividad, las cuales a través de su producto Chococonut buscan mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Para ello su trabajo cuenta con un bajo índice glucémico el cual sirve para personas con diabetes. Éste está elaborado de amaranto, arroz y cacao, elementos que además incentivan el comercio local.
“Chococonut es similar al Chocorrol pero sin grasas transgénicas y con menos de la mitad de contenido calórico, aunque es un producto que sirve para el público en general, está dirigido a niños con diabetes o personas intolerantes al gluten”.
En esta misma materia, las alumnas Daniela Fabre y Cristina Zardain quienes crearon un dip de lenteja, esto porque son las leguminosas las permiten una dieta más equilibrada y vitamínica. El trabajo va dirigido a personas con una dieta vegana, además de que cumple con los requerimientos de la FAO para una dieta saludable.
Del Área de Síntesis y Evaluación I (ASE I), Vivian Estrada, Mariana González y Alexia Platas quienes más allá de crear un producto, su trabajo se enfocó en retomar las tradiciones de siembra y cosecha en comunidades de la Sierra Norte de Puebla, la cual permitió a niños de entre 6 y 11 años conocer y efectuar la producción orgánica de hortalizas.
Esto permitió implementar un programa en diferentes centros educativos, el cual contribuyó a que los niños recuperaran parte de su tradición, pero además aprender a generar sus alimentos sanos y ricos para una dieta saludable, todo ello a través de una forma divertida y autosustentable que les permita comer mejor.
Por su parte, Samia Andrade y Perla Delgado, explicaron su trabajo el cual habla de la seguridad y soberanía de la industria alimentaria, basándose en el concepto de producir más con menos, ellas desarrollaron tisanas a partir de productos naturales como la hierbabuena, la pitahaya, el limón, la fresa y la manzanilla, trabajo que busca generar mayores recursos a productores de la Mixteca Poblana.
Alejandra Miranda, Paula Valverde y Claudia Velázquez, realizaron una botana a base de maíz pozolero, pimienta y chile. La cual además de contar con grandes cantidades de vitaminas, permite a agricultores de la Sierra Nororiental impulsar el comercio local a través de la Asociación La Esperanza del Mañana que trabaja en esa zona de Puebla.
Finalmente Mariana Ruanova Alejandra Santillán, Daniela Mendoza y Denisse Quintero, alumnas de ASE III desarrollaron un modelo que permite diversificar el uso de la pierna de pavo, con lo cual buscan reducir al mínimo el desperdicio que se tiene en la elaboración de embutidos, pero además aprovecharon el sobrante para crear arrachera de pavo y con ello evitar que el 6.8% de residuos se fueran directamente a la basura.