Cruz Azul no quiso darle una estocada al América en la compensación de la Final.
El juego de ida por el título del Apertura 2018 terminó 0-0 porque Edgar Méndez desperdició un mano a mano ante Agustín Marchesín, al estrellar la pelota en el travesaño luego de un pase filtrado de Martín Cauteruccio.
América salió más dañado que Cruz Azul debido a las lesiones, pero esa jugada pudo ser letal en lo emocional.
Matheus Uribe recibió un fuerte golpe de Igor Lichnovsky en la pierna izquierda por lo cual salió de la cancha y fue trasladado al hospital, mientras que Roger Martínez tuvo una molestia muscular también en la pierna izquierda, ambas acciones en el segundo tiempo.
Ese es el saldo de un partido entre los dos mejores del campeonato, que levantó mucha expectativa, pero que quedó a deber.
Los técnicos plantearon un partido muy cauto, por eso Miguel Herrera metió a Joe Corona en el lugar habitual de Matheus Uribe, a quien utilizó como enganche; por eso Pedro Caixinha mandó a la cancha a Rafael Baca al 78′ en lugar de Elías Hernández.
Un duelo que tuvo 20 minutos interesantes, con esa monumental atajada de Agustín Marchesín a cabezazo de Julio César Domínuez al 10′ o los balones que robó Roger Martínez, pero que el América no pudo capitalizar. Fue hasta el 47′ cuando Jesús Corona se ensució el suéter tras un disparo de Matheus, a pase de Roger.
Un encuentro con su dosis de polémica arbitral, tras lo que parecía un penal de Igor Lichnovsky sobre Bruno Valdez, y después con el golpe que el propio Valdez le propinó en el rostro a Iván Marcone.
Lo más emotivo ocurrió al minuto 19:16, en alusión al año de fundación del América, cuando la afición azulcrema encendió su luz amarilla en la grada.
En la cancha, los equipos prefirieron reservar las emociones para el domingo, cuando Cruz Azul intente evitar 21 años sin título, mientras que las Águilas buscarán hacer la hombrada en caso de no recuperar a sus futbolistas estelares.
Al final del partido hubo un conato de bronca. Marchesín se encaró con los cementerios, en particular el preparador físico Óscar Farías. Después se calentó Domínguez y a Jesús Corona hasta lo tuvieron que contener, un final caliente para un partido que en lo futbolístico tuvo deudas.