El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó a la Iglesia católica luego de que obispos de México y la comunidad jesuita le pidieran cambiar la estrategia de seguridad y su plan de “abrazos, no balazos”; además, cuestionó la actitud que tuvieron durante el gobierno de Felipe Calderón. “Y esas expresiones de que ya no nos alcanzan los abrazos, ¿qué quieren los sacerdotes, que resolvamos los problemas con violencia? ¿Vamos a desaparecer a todos? ¿Vamos a apostar a la guerra?”, cuestionó.