La Universidad Jesuita celebró una jornada de acción contra la violencia de género basada en la exigencia de justicia, la renovación de la esperanza y la construcción de redes de apoyo.
Al menos 50 mujeres habrían sido asesinadas en Puebla entre enero y octubre de 2022, según la revisión hemerográfica del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) de la Ibero Puebla. Cada uno de sus nombres fue cobijado por colaboradoras y estudiantes en un acto de memoria y exigencia en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
El ejercicio fue descrito por Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la Ibero Puebla, como una forma de honrar la vida de quienes murieron a manos de una fuerza patriarcal que no se detiene. “Cada una tenía un proyecto de vida que fue arrebatado por la violencia y la impunidad”.
Todas las mujeres de la Comunidad Universitaria iban vestidas de blanco; llevaban un pañuelo púrpura atado al cuello y el nombre de una asesinada entre las manos. El acto de nombrar a las finadas no solo fue interpretado como un reclamo hacia las autoridades, sino como un llamado a visibilizar todas las expresiones silenciosas que devienen en espirales de violencia.
Los feminicidios son el culmen de las agresiones por razón de género. Se reporta que siete de cada diez mujeres mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia. Organismos internacionales aseguran que tomará 136 años erradicar la brecha salarial entre hombres y mujeres. El 53% de las personas desaparecidas en Puebla son mujeres. Y los últimos ocho años promedian nueve asesinadas cada día.
Con la evidencia de que la violencia machista lacera a la sociedad en su conjunto, las convocadas recordaron a cada asesinada: Mayra, Irene, Karina, Linda, Rocío, Marcela, Dolores, Berenice y numerosas “Sin identificar”. Entre cada nombre sonó un abrazador “Por ellas y por nosotras”, y enseguida las ausentes se hicieron presentes en forma de velas colocadas alrededor de un altar colmado de flores.
Arturo González González, SJ, director del Centro de Formación y Acompañamiento para el Desarrollo Integral, encabezó el momento de la jornada dedicado a la esperanza, en el que las presentes elevaron una bendición a las víctimas. “Estamos aquí por un acto de amor, para decir ‘No más asesinadas’”. Después, cada asistente tomó a su compañera en forma de vela y caminó hacia el mural Memoria, verdad y justicia para todas al interior del campus.
Allí, con las jóvenes Paulina Camargo Limón y Karla López Albert —víctimas inmortalizadas en la pintura— como testigos, todas las presentes se tomaron de las manos en un semicírculo y lanzaron frases de esperanza. “Hermana, nunca me abandones”; “Todas somos una”; “Yo te recuerdo”; “Libertad sin miedo”; “Sí pasó”.
Acción permanente
La conmemoración del 25N tuvo diferentes momentos claves. En días recientes, se presentó la Defensoría de Derechos Universitarios como la nueva plataforma para prevenir, investigar y sancionar (con enfoque restaurativo) cualquier expresión de violencia al interior del campus y sus entornos virtuales.
Durante el recorrido que inauguró las nuevas instalaciones, Mario Patrón Sánchez, rector de la Ibero Puebla, aseguró que se trata de un recinto que será la casa del estudiantado. “Tenemos una deuda histórica en lo que toca a la violencia contra las mujeres. En consecuencia, queremos marcar un antes y un después en perspectiva de proceso”. La defensoría, aseguró, es una apuesta por la justicia que reconcilia.
También se llevaron a cabo diferentes espacios formativos. El alumnado tuvo una charla especializada sobre cómo identificar y salir de una relación violenta. Por su parte, la población femenina de la Universidad recibió una capacitación para dar atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia.