No es necesario ser experto para comprender que estamos ante un grave riesgo con el cambio climático. Así lo constatan el aumento de la temperatura, la aparición de huracanes de proporciones desmesuradas, la acelerada extinción de especies animales y vegetales, la contaminación del aire, los incontrolables incendios forestales y las lluvias que lo inundan todo, enfatizó Ygnacio Martínez Laguna, vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado, durante el inicio del 9º Congreso Nacional y 1er. Latino de Investigación en Cambio Climático ¿Aún estamos a tiempo?, realizado en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP y que se transmite virtualmente a Venezuela, Guatemala y a seis sedes en México.
Martínez Laguna, quien acudió en representación del Rector Alfonso Esparza Ortiz, señaló que los especialistas indican que la humanidad enfrenta diversos procesos interrelacionados que provocarán que en 2050 el planeta se vuelva inhabitable, como la dinámica demográfica, que hará que el número de habitantes pase de 7 mil 600 millones de personas a 9 mil 600 millones, lo que elevará la presión sobre los recursos a un nivel sin precedentes.
“Otro aspecto fundamental es el energético, pues en los próximos 30 años prácticamente se habrán agotado las reservas de petróleo y dudosamente estaremos preparados para usar energías limpias y renovables. Otro factor es el agua, que previsiblemente causará guerras y provocará millones de muertos, seguido de una falta dramática de alimentos; y finalmente, el calentamiento global y los gases de efecto invernadero, que según la ONU aumentarán más del 10 por ciento en la próxima década, cuando lo que se necesita es reducirlos 45 por ciento en ese lapso”, aseveró.
Sin embargo, añadió, la ciencia tiene el desafío de elaborar respuestas que permitan paliar la situación, y desde la BUAP se impulsa un frente común para aportar a esa lucha, a través de diversas acciones que se implementan, como el uso de tecnologías amigables para reducir la huella de carbono, o el uso en el Ecocampus Valsequillo de un seguidor solar de doble eje, el primero en su tipo en América Latina, que capta radiación solar para producir energía eléctrica y abastecer algunos de esos edificios en ese lugar. Al mismo tiempo se promueve el uso de las lobobicis, las campañas de separación de residuos, además de la eliminación de los plásticos de un solo uso y la drástica reducción en el consumo de papel.
Marco Antonio Mora Rodríguez, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP y coordinador regional del congreso, explicó que el objetivo es crear sinergias multidisciplinarias que coadyuven en la búsqueda de soluciones y formas de enfrentar el reto, actual y futuro del cambio climático.
Mora Rodríguez agregó que con dicho fenómeno habrá desertificación de ciertas áreas del país, y Puebla no será la excepción, ya que se prevé haya un impacto negativo en sus zonas semiáridas, que actualmente presentan problemas de sequía, lo que podría agravar el problema a través de una crisis alimentaria que llevaría a una mayor marginación, por lo que en el Cuerpo Académico de Investigación en Biodiversidad, Alimentación y Cambio Climático del Instituto de Ciencias de la BUAP se analizan diversos escenarios para combatir el problema.
“Estudiamos la posibilidad de mejorar los rendimientos de cultivos mediante la agricultura de precisión, combinando mediciones y modelos de calidad del aire y el suelo. Se investiga también el uso de orina humana tratada como una alternativa para fertilizar cierto tipo de cultivos, que al mismo tiempo sea económicamente viable para las comunidades más vulnerables y que resuelve en cierta medida el problema de la escasez del agua”, dijo.
Asistieron también a la inauguración del 9º Congreso Nacional y 1er. Latino de Investigación en Cambio Climático el director del Instituto de Ciencias, Jesús Francisco Olguín, y el director de la Facultad de Ciencias Químicas, Jorge Raúl Cerna Cortez.