Los desafíos de la atención institucional a mujeres indígenas y afrodescendientes, con enfoque de género e interculturalidad, fueron revisados en el conversatorio alusivo, efectuado como parte de la campaña internacional “16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres y las niñas”, a la que la Secretaría de Cultura del Gobierno de México se ha sumado, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El evento virtual, organizado por la Coordinación Nacional de Antropología (CNAN), deriva del “Diplomado de Género, Violencia, Interculturalidad y Políticas Públicas”, convocado por el INAH, por medio de la Dirección de Estudios Históricos, en colaboración con el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS) Unidad Golfo y el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
En el encuentro, transmitido por el canal de la CNAN en YouTube, como parte de la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura, la coordinadora nacional de Antropología, Paloma Bonfil Sánchez, destacó que este conversatorio es la suma de experiencias generadas en 2021, para encontrar, en un espacio formativo, miradas distintas e intereses diferentes, y compromisos compartidos para atender la grave problemática de violencia de género que se viven en la sociedad mexicana, especialmente la que sufren y enfrentan las mujeres de los pueblos indígenas y de las comunidades afromexicanas.
En su intervención, la integrante de la Dirección General de Cultura de Paz y Derechos Humanos de Veracruz, Nelly del Ángel Flores, manifestó que, al menos desde el ámbito institucional, queda mucho camino por recorrer, porque tanto en el enfoque de género como en el intercultural hay un trabajo arduo que desarrollar en la administración pública veracruzana, pues aún dentro de las mismas instancias hay quien cree que estos temas están de moda.
Para la mujer teenek de la comunidad de San Francisco Chontla, aún hay mucha reticencia de funcionarias y funcionarios, sobre todo en instancias como en la dirección de la que ella forma parte, por lo que propuso trabajar por la transversalización de esas problemáticas en la administración pública.
A su vez, la investigadora del Laboratorio de Interculturalidad de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en Ecuador, María Matilde Conejo, dijo que en esa nación, muchas mujeres indígenas embarazadas que viven en las ciudades no son atendidas por parteras comunitarias, como en sus comunidades, pues en los hospitales no las hay, pese a que recientemente el Ministerio de Educación capacitó a mil 350, ubicadas en las zonas rurales y en las comunidades.
“Las parteras enfrentan la minimización de su trabajo y conocimientos por parte de los profesionales de la salud pública, pese a que su labor es certificada. No hay una equidad en la valoración de conocimientos, los minimizan al llamarlos saberes en lugar de medicina tradicional”, indicó la ecuatoriana de origen étnico kichwa.
En tanto, la coordinadora de la Casa de la Mujer indígena en Situación de Violencia de Género del Instituto Chihuahuense de las Mujeres, Todos los Santos, Dolores Villalobos Vigil, compartió que como intérprete del rarámuri (comunidad a la que pertenece) al español, en delitos de violencia de género, ha sido testigo de cómo las instituciones violentan los derechos humanos de las mujeres, “ya que por más leyes que se crean, no son respetadas por los funcionarios”.
Subrayó que el Ministerio Público o la institución gubernamental no atiende a los indígenas como debería, pues cuando alguno necesita a una o un intérprete, las instancias del gobierno proporcionan a alguien que muchas veces no conoce los términos jurídicos o el tema que debería de explicar, por ejemplo, ante un médico, por lo que ese traductor debe tener pleno conocimiento sobre las comunidades. Por esa razón, dijo, ella se ha dedicado a dar talleres de pertinencia cultural a distintos funcionarios.
En su oportunidad la investigadora del CEIICH, Martha Patricia Castañeda Salgado, expuso que uno de los grandes desafíos en la atención a la violencia de género contra las mujeres está en la formación escrupulosa de los funcionarios, en términos de una buena comprensión de todo lo que implica tal problemática, y focalizarla con base en las especificidades del sector al que pertenecen las mujeres, es decir, en su contexto, momento de vida y en condiciones de pertenencía étnica.
Sobre el diplomado, la profesora investigadora del CIESAS Unidad Golfo, Natalia de Marinis, indicó que este busca romper con la idea de la academia como institución, y generar diálogos horizontales, entendiendo que la atención a la violencia contra mujeres indígenas es una problemática compleja que requiere de múltiples saberes.
Por último, la directora de Capacitación, Vinculación y Extensión Académica de la CNAN del INAH, Patricia Rosete Xotlanihua, quien coordinadora el diplomado junto con las anteriores investigadoras, mencionó que iniciativas como esta y demás acciones de sensibilización que realizan diversas instituciones, son importantes, pero el verdadero desafío está en los municipios, territorios donde realmente se pueden generar acciones para la atención a estas problemáticas.