Durante el foro virtual “Parlamento Abierto para la reforma legislativa en materia de co-procesamiento”, senadores, académicos, especialistas y sector cementero, expresaron diversas opiniones, respecto al impacto ambiental que tiene esta práctica en el país.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, Raúl Bolaños-Cacho Cué, aseguró que a través de este espacio de diálogo se busca conciliar una propuesta donde todas las opiniones tengan oportunidad de intervenir y definir si se realizan cambios al proyecto de dictamen.
Dijo que estas acciones democráticas y plurales marcarán un firme compromiso para lograr un ambiente sustentable para muchas generaciones. “Trabajamos para escuchar y atender a todos quienes tengan que abonar a favor de los ecosistemas, con el objetivo de lograr beneficios para todos los sectores y habitantes del país”, apuntó.
Por su parte, la senadora María Merced González González, del Grupo Parlamentario de Morena, manifestó que el co-procesamiento representa un gran sacrificio para las comunidades del mundo.
Explicó que este proceso es prácticamente la incineración de residuos sólidos que llevan a cabo las plantas cementeras, la cual tiene graves consecuencias para los seres humanos, como para el medio ambienteó.
Destacó que varias investigaciones demuestran que este proceso emite sustancias químicas que provocan daños cromosómicos, afectaciones al sistema nervioso central, fragilidad ósea, anemia, infertilidad, deformaciones, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otras.
Opinó que la reforma debe considerar los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, pues “si no hay justicia ambiental, no hay justicia social”.
Luís Manuel Guerra Garduño, presidente del Instituto Autónomo de Investigaciones Ecológicas, dijo que el co-procesamiento contribuye a la reducción de los impactos ambientales generales en la producción de cemento.
Es una de las herramientas importantes para el manejo de los residuos sólidos urbanos, que en muchas ocasiones van a dar al medio ambiente de una forma descontrolada. “Se trata de una tecnología para convertirlos en un combustible alternativo para un proceso industrial”.
En su oportunidad, Raúl Montenegro, biólogo y activista de Argentina, aseguró que bajo ningún punto de vista debe considerarse al co-procesamiento como algo distinto de la incineración, “no tiene ningún sentido separar los términos en la legislación, porque es lo mismo y es el peor método que puede optarse”.
Todo el proceso denominado co-procesamiento es un negocio generado por las empresas de cemento, subrayó.
Carlos Medina Ayala, presidente de la Comisión de Sustentabilidad de la Cámara del Cemento, indicó que este proceso permite tratar los deshechos con el propósito de recuperar energía y recursos, además de reducir en consecuencia el uso de combustibles y materias primas convencionales.
Refirió que las características especiales de los hornos de cemento, permiten reciclar y valorizar residuos, sin generar un riesgo para el medio ambiente o a la salud de las personas, ni en detrimento en la calidad del cemento. “El co-procesamiento es una solución ambientalmente segura”.
El catedrático del Instituto Politécnico Nacional, Héctor Mayagoitia Domínguez dijo que es fundamental que haya sistemas adecuados de monitoreo para saber qué es lo que se emite durante la combustión de los residuos, a efecto de emitir las medidas correctivas.
En el foro también participaron Carlos Arribas, responsable del área de Residuos en la Confederación de Ecologistas de Acción y el especialista en química y toxicología ambiental de la Universidad de Dartmouth, Paul Connet.