A convocatoria de la senadora Alejandra Lagunes Soto Ruíz, en el Senado de la República se llevó a cabo un conversatorio en el que especialistas analizaron los retos, riesgos y oportunidades de la inteligencia artificial.
La senadora del PVEM expresó que es tiempo de llevar este tema al debate público y desarrollar una política pública que no sólo detone su desarrollo, sino que lo haga desde una perspectiva de equidad, ética y moral.
Soto Ruíz destacó que la tecnología no es buena ni mala, pero es necesario tener en claro cómo se utiliza, porque también implica un futuro en el que el trabajo de los seres humanos puede ser desplazado, no sólo en labores básicas, repetitivas o peligrosas, como lo hace ya la robótica en la manufactura automotriz, sino también en la recopilación de conocimiento y capacidad de síntesis.
En el conversatorio sobre “Inteligencia artificial: retos, riesgos y oportunidades”, la legisladora subrayó la importancia de garantizar el desarrollo de esta herramienta, pero con su alineación con los valores sociales y los marcos legales.
La senadora recordó que desde la década de los cincuenta, la evolución de los algoritmos ha madurado hacia la inteligencia artificial, pues por un lado se generaron modelos de procesamiento de lenguaje natural, para que la máquina entienda cómo hablamos los humanos, pero también para que nos regrese la información solicitada.
El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Jorge Carlos Ramírez Marín, afirmó que se trata de un debate sobre la clase de futuro en el que queremos vivir, porque el uso de la inteligencia artificial no necesariamente representa avance, ¿por qué cuántas personas tendrán acceso a los beneficios que genera?
El senador del PRI cuestionó, ¿hasta dónde la inteligencia artificial puede distinguir derechos humanos, se podrá implementar tecnología que identifique derechos, sensaciones, sentimientos y estados de ánimo?
Recordó que todo esto pertenece a nuestra vida cotidiana y “actualmente usamos dispositivos y herramientas que nos proveen información y nos ayudan en nuestros quehaceres y no son humanos, son sólo aparatos”.
Por el Grupo Plural, el senador Emilio Álvarez Icaza Longoria consideró que el uso de la tecnología tiene la posibilidad de revertir y construir la esperanza de un mundo más justo y equitativo.
Josefina Careaga, maestra y consultora internacional, comentó que se debe entender que las nuevas tecnologías, a partir de la revolución industrial, “siempre nos han asustado, porque pueden ser como la energía atómica, o sirve para beneficio de la humanidad o para destruirla, entonces necesitamos acotarla y regularla”.
Luis Maumejean Godoy, integrante de la Asociación Ibero Americana de Inteligencia Artificial, consideró que la educación es esencial para educar con ética a los desarrolladores de tecnología; además tenemos que exigirles a las empresas que se avance, “pero sin peligros y sin altos costos futuros”.