En un giro inesperado, un trabajador de un crematorio en São José, Brasil, vivió una experiencia aterradora cuando, al acudir al depósito de cadáveres de un hospital para recoger el cuerpo de una anciana de 90 años, descubrió que seguía viva, según informes recientes.
La perturbadora situación tuvo lugar el sábado, horas después de que el personal hospitalario declarara muerta a Norma Silveira da Silva. La mujer fue introducida en una bolsa para cadáveres y enviada al depósito, donde el enterrador hizo el escalofriante hallazgo.
A pesar de ser trasladada de nuevo a una habitación del hospital, la anciana falleció finalmente el lunes por la mañana. Según la cuidadora y amiga de Da Silva, Jessica Martins Silvi Pereira, la mujer había ingresado al hospital en estado crítico el viernes debido a un problema hepático, de acuerdo a Excelsior.
¿Cómo supo que estaba viva?
La confusión se intensificó cuando el primer certificado de defunción, emitido por el hospital a las 23.40 horas del sábado, indicaba que Da Silva había sucumbido a una «infección urinaria». Pereira denunció que el cuerpo fue enviado rápidamente a la morgue sin permitir que la familia lo viera primero.
El personal del crematorio, al llegar a recoger a la paciente fallecida alrededor de la 1.30 de la madrugada, hizo el sorprendente descubrimiento de que el cuerpo aún estaba cálido al tacto y sin rigidez cadavérica, a pesar del tiempo transcurrido.
La amiga de Da Silva, consternada, afirmó que la anciana había pasado casi dos horas dentro de la bolsa, «casi asfixiándose hasta morir». El nuevo certificado de defunción, emitido antes de las 5 de la mañana, enumeraba la causa de muerte como «shock séptico».
Ante esta situación, la familia de la paciente planea presentar una demanda contra el hospital por negligencia. Mientras tanto, el Departamento de Salud del Estado ha iniciado una investigación para esclarecer los detalles de este inusual incidente que ha conmocionado a la comunidad.
El Imparcial