El alarmante repunte de contagios por la Covid-19 en Estados Unidos ha forzado a varios estados a dar marcha atrás en su proceso de reapertura ante la presión sobre el sistema sanitario y, por primera vez, el presidente Donald Trump se ha mostrado dispuesto a llevar una máscara.
Estados Unidos registró este jueves 1,011 fallecidos y un récord de 61,790 contagios por coronavirus, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
En 15 de los 50 estados del país el virus se encuentra en “expansión acelerada”, y en otros cinco la situación es de alarma: Arizona, Florida, Luisiana, Carolina del Sur y Georgia, según las autoridades sanitarias.
Hasta ahora, se había negado a ello y había cuestionado su eficacia.
“Creo que está bien llevar máscara si he hace sentir cómodo. Voy a ir al Walter Reed a ver a algunos de nuestros grandes soldados que han sido heridos. Algunos gravemente heridos. Y también a algunos de nuestros trabajadores del Covid, gente que ha hecho un gran trabajo”, explicó en la misma entrevista.
“Y espero llevar una máscara cuando vaya -agregó- Estás en un hospital así que es una cuestión apropiada”.
El balance provisional de fallecidos -133,106- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100,000 y 240,000 muertes a causa de la pandemia.