Corea del Norte acusó a Estados Unidos de provocar el fracaso de las consultas sobre el programa nuclear norcoreano entabladas este sábado en Estocolmo, tras meses de parálisis y pese a la nueva escalada de Pyongyang con las pruebas de misiles.
Era el primer intento de reanudar el diálogo entre los dos países después del fracaso de la cumbre de Hanoi en febrero entre el presidente estadunidense, Donald Trump, y el dirigente norcoreano, Kim Jong Un.
El emisario norcoreano Kim Myong Gil y el estadunidense Stephen Biegun participaron en un encuentro promovido por el enviado especial sueco Kent Härstedt.
Las dos delegaciones se reunieron en una propiedad situada en una isla de la capital sueca, a unos cientos de metros de la embajada norcoreana. Al final de la jornada el Kim Myong Gil informó del fracaso.
Las negociaciones no han satisfecho nuestras expectativas y finalmente fracasaron (…). El fracaso de estas negociaciones, que no desembocaron en progreso alguno, se debe únicamente a Estados Unidos que no ha renunciado a su acostumbrada actitud», declaró a la prensa delante de la embajada norcoreana en Estocolmo.
Estados Unidos alimentó las expectativas haciendo propuestas de enfoque flexible, con métodos nuevos y soluciones creativas. Pero nos ha decepcionado mucho y ha enfriado nuestro entusiasmo por dialogar al no traer nada a la mesa de negociaciones», añadió.
En una etapa en Pekín antes de partir hacia Suecia, Kim Myong Gil dijo tener «grandes expectativas» en estas negociaciones y se declaró «optimista».
En una visita a Atenas, el jefe de la diplomacia estadunidense, Mike Pompeo, dijo que su delegación acudió a Estocolmo «con varias ideas (…) para aplicar los compromisos» adquiridos por Trump y Kim Jong Un en Singapur en 2018.
Ya se celebraron en Estocolmo otras reuniones a este nivel sobre el desarme nuclear norcoreano en marzo de 2018 y enero de 2019.
El gobierno estadunidense, que aún no ha reaccionado al fracaso de la cita en Estocolmo, quería retomar cuanto antes el diálogo con Corea del Norte.
Finalmente el martes, la diplomacia norcoreana anunció la reanudación de esas conversaciones este fin de semana, lo que Estados Unidos confirmó rápidamente.
Pero 24 horas después de este mensaje positivo, Corea del Norte lanzó un nuevo misil balístico mar-tierra, después de haber multiplicado las ensayos de misiles de corto alcance en estos últimos meses.
El jueves, la agencia oficial norcoreana explicó que este «nuevo tipo de misil balístico», presentado como un Pukguksong-3, fue lanzado desde un submarino «desde las aguas próximas a la bahía de Wonsan» y anunció una «nueva fase en la contención de la amenaza de las fuerzas exteriores».
El Pentágono estimó por su parte que este «misil balístico de corto a medio alcance» había sido lanzado desde una plataforma marina.
CONSEJO DE SEGURIDAD A PUERTA CERRADA
Este último ensayo es la provocación más fuerte de Pyongyang desde el inicio de la distensión con Estados Unidos en 2018.
Washington reafirmó el jueves que estas pruebas «eran inútilmente provocadoras».
Pese a todo, Trump, que busca una victoria a nivel diplomático que haga olvidar una controvertida conversación con el presidente ucraniano por la que los demócratas iniciaron una investigación que podría derivar en un proceso de destitución, decidió responder de forma positiva a los norcoreanos.
Quieren negociar y nosotros queremos negociar con ellos próximamente», afirmó.
Francia, Reino Unido y Alemania pidieron por su parte una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, que tendría que celebrarse a principios de semana, para mantener la presión sobre Pyongyang después de lo que ellos consideran una «violación grave» de las resoluciones de la ONU.
Corea del Norte está sometida a tres tipos de sanciones económicas adoptadas por la ONU en 2017, para obligarla a cesar sus programas de armamento nuclear y balístico. Estas medidas conciernen principalmente las limitaciones de importaciones de petróleo y las prohibiciones relacionadas con las exportaciones norcoreanas de carbón, pesca o textil.
Fuente: AFP