Cecilia Velázquez Vertti consideró que las prácticas arquitectónicas deben ser innovadoras, pero también respetuosas de la historia y comprometidas con el bien común.
La Ibero Puebla inició el Congreso Estudiantil de Ingeniería Civil, una iniciativa de los consejos estudiantiles de representantes (CER) de las licenciaturas en Ingeniería Civil y Arquitectura que contará con diferentes conferencias, foros y actividades académicas e integradoras.
La ingeniería civil, la arquitectura y las disciplinas afines son profesiones importantes para el acceso a los derechos humanos. “No se puede construir conocimiento sin reconocer el contexto”, aseguró el Mario Patrón Sánchez, rector de la Ibero Puebla, durante la inauguración. Exhortó al auditorio a reflexionar sobre la acentuación de las brechas de desigualdad, la pérdida de espacios públicos y la precarización de las viviendas.
Es así que los profesionistas están llamados a recuperar la ciudad como espacio al que todas las personas tengan acceso. Patrón Sánchez deseó que el congreso procure el perfeccionamiento de la disciplina a través de la discusión sobre los riesgos de la industria desde una mirada comprometida con la sociedad. Al mismo tiempo, aplaudió el protagonismo del alumnado en el proceso de apropiación del conocimiento.
En 2021, la construcción contribuyó con el 6.8% del PIB gracias al trabajo de 470,000 profesionales. Este sector está vinculado al acceso a derechos fundamentales como la vivienda, la movilidad y la educación. Además, tienen grandes responsabilidades en cuanto al cuidado del medioambiente y la preservación de los espacios.
El congreso permitirá plantear estrategias para mejorar el futuro en cuanto al desarrollo de espacios dignos para vivir. “Es necesario pensar alternativas para desarrollar ciudades sostenibles”, recordó Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica, al tiempo que destacó la perspectiva interdisciplinar del encuentro.
Por su parte, Javier Gómez Morales, representante del CER Civil y presidente organizador del congreso, destacó que el evento tiene por objetivo presentar temas relacionados con la construcción especializada y generar convivencia entre ambas disciplinas para consolidar equipos de trabajo.
Volver a las bases
Todos los pueblos mágicos comparten una realidad común: la marginación de las periferias. “Parecería que cada vez nos esforzamos más en que las ciudades se vean mal”, expresó Cecilia Velázquez Vertti, en referencia a los contrastes de las construcciones en los municipios: mientras los centros preservan la tradición, las afueras concentran edificaciones con carencias en funcionalidad y estética.
Dignificar la calidad de vida de las personas implica poner la arquitectura y la ingeniería al servicio de la sociedad. Una forma de hacerlo es a través del rescate de los espacios ya existentes: en Puebla, solo el 30% de los edificios del Centro Histórico están habitados. “Tenemos que dejar de pensar en ser asistencialistas y empezar a recuperar, rehabitar y revalorizar lo que ya tenemos”.
La experta colabora con el Parlamento Global Hispano, una organización civil que ha emprendido un proceso de revalorización y catálogo de inmuebles para reivindicar el legado histórico de Puebla y garantizar su conservación. “Nuestra ciudad es un museo”.
Transformar la arquitectura es fundamental para promover el turismo, lo que a su vez deriva en un aumento en la derrama económica y una mejora palpable en la calidad de vida. Estos procesos deben contemplar las técnicas ancestrales para hacer frente a las nuevas necesidades. La arquitecta hizo énfasis en la recuperación de la cal, un material duradero que permitiría a las personas involucrarse en la construcción y remodelación de sus hogares.
Velázquez Vertti insistió en que la arquitectura es una actividad histórica que debe conciliar las prácticas antiguas y la innovación. Exhortó a los jóvenes a convertirse en constructores de presentes y futuros mejores. “¿Por qué no podemos aspirar a que todos, en la zona en la que vivan, lo hagan bien?”, provocó.