La líder de una iglesia en San Diego, CA, fue arrestada junto a sus ancianos padres tras la muerte de su hija adoptiva, Arabella McCormack, de tan solo 11 años.
De acuerdo con un comunicado de la oficina del sheriff de San Diego a People, a finales de agosto recibieron una llamada donde se alertaba de que un menor estaba en apuros en una una casa en Spring Valley.
Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron a Arabella, quien estaba cubierta de moretones y había sufrido «niveles severos de desnutrición», dijo un portavoz de la policía al diario The San Diego Union-Tribune.
La niña fue trasladada de urgencia al hospital, donde desafortunadamente murió.
Arabella y sus dos hermanas se mudaron con sus nuevos padres Brian y Leticia McCormack en 2017, aunque un par de años después se formalizó su adopción.
Leticia era líder de la iglesia Rock Church, fundada y dirigida por el exjugador de la NFL Miles McPherson. Según un comunicado de la iglesia, rompieron todo tipo de relación con ella.
«The Rock ya no tiene ninguna relación oficial con Leticia. Su ordenación en Rock Church fue suspendida previamente y está en proceso de ser revocada», afirmaron.
«Seguimos de duelo por Arabella y sus hermanas. Lamentamos mucho que su familia y amigos hayan sufrido esta pérdida y dolor inimaginables. Enviamos nuestras más profundas condolencias a todos los que están de duelo en este momento. Nuestros corazones están con cada uno de ellos», añadieron.
La iglesia también aseguró que «el proceso legal seguirá su curso y esperamos que se haga justicia para Arabella y sus hermanas».
Leticia fue acusada de asesinato, tres cargos de tortura y tres cargos de intencionalidad y crueldad hacia un niño.
Por su parte, cuando las autoridades fueron a arrestar a su esposo, se suicidó frente a los agentes cerca de la casa de la familia, según comunicó la policía.
Asimismo el padre de Leticia, Stanley Tom, de 75 años, también fue acusado de asesinato, tres cargos de tortura y tres cargos de intencionalidad y crueldad hacia un niño, mientras que la abuela Adella Tom, de 70 años, fue acusada de tres cargos de tortura y tres cargos de crueldad y crueldad hacia un niño.
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