Cuando una persona cercana a ti como tu mamá o algún familiar te dice que tu hijo se está malcriando, no lo tomes a mal, porque tal vez tú creas que lo consientes, pero estás a punto de ver dos cosas, primero, que el control y tu autoridad como madre, se va diluyendo.

Y segundo, aunque de manera progresiva, ves cómo su futuro exitoso, ese que querías para ellos, se trunca porque las puertas pueden cerrarse para alguien que no sabe controlar su comportamientos, pues desde pequeños los malcriaron, no les supieron poner límites.

Leer también: 5 formas de hacer que los hijos se sientan amados y protegidos

¿Cómo pasa esto? Te compartimos cómo los padres malcrían a sus hijos y les truncan su futuro, a veces darles todo a manos llenas sin medir si era lo correcto o no los puede hacer unos hombres y mujeres sin control de su propia vida, dispuestos a hacer lo que sea para tener lo que quieren incluso lo negativo.

No les enseñas valores. Es tu deber como padre que aprendan los valores más elementales como el respeto, la responsabilidad y la empatía, ten por seguro que no sabrán qué son los buenos modales, qué es cumplir con tareas o qué es ayudar a sus semejantes, crecerán en el egoísmo, solo viendo por ellos.

No predicar con el ejemplo. Dicen que los hijos son el reflejo de los padres, al no predicar con el ejemplo, no puedes esperar que tus hijos sean honestos y cumplan con sus promesas, no tienen un ejemplo sólido que puedan seguir, lo que aprendan de ti lo replicarán en su vida incluso de adultos.

Dárselo todo sin límites. Cuando hay la solvencia económica, los padres no escatiman en darle todo a sus hijos sin poner un límite, sin fijarse ni siquiera si es para su edad, usan las cosas materiales como herramienta de convencimiento o para excusar ausencias, pero en el futuro serán personas materialistas.

Dejar que hagan lo que quieran. De entrada se generan los problemas de conducta, pues no hay un control en sus acciones, después vienen los problemas para relacionarse con otras personas porque nadie los soporta debido a que se vuelven tan prepotentes que creen que todo el mundo debe estar a sus pies.

Fuente: En Pareja