En la pandemia del coronavirus, un país se destaca del resto: Corea del Sur.
El número de nuevos casos de coronavirus en el país pasó de unas pocas decenas a mediados de febrero a al menos 500 para finales de mes.
En el pico, trabajadores médicos identificaron más de 850 nuevos casos en un sólo día, el 3 de marzo; el país de 50 millones de habitantes parecía estar a punto de verse abrumado.
Pero menos de una semana después, la cantidad de nuevos casos se redujo a la mitad. En tan sólo cuatro días, se redujo otra vez a la mitad -y otra vez el siguiente día.
El pasado domingo, Corea del Sur reportó menos de 100 casos, a pesar de que las infecciones en otros países continúan aumentando por miles cada día, devastando los sistemas de salud y las economías. Mientras Italia registra cientos de muertes diario, Corea del Sur no ha reportado más de ocho en un día.
Corea del Sur es uno de los dos únicos países con grandes brotes, junto con China, que ha bajado la curva de nuevas infecciones; y lo ha hecho sin las restricciones draconianas que impuso el gigante asiático en cuanto al movimiento de las personas, y sin cierres totales que conllevan daños económicos como los implementados en Europa y Estados Unidos.
Mientras las muertes por el virus alrededor del mundo rebasan las 16 mil, funcionarios y especialistas a lo largo del globo examinan a Corea del Sur en busca de lecciones. Y dichas lecciones, aunque difícilmente fáciles, parecen relativamente sencillas y asequibles: acción rápida, pruebas generalizadas y rastreo de contactos, y apoyo crítico de los ciudadanos.
No obstante, otras naciones golpeadas severamente no siguieron el ejemplo de Corea del Sur. Algunas han empezado a mostrar interés en emular sus métodos -pero ya hasta que la epidemia se aceleró al punto de que podrían no controlarla en el corto plazo.
El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el Primer Ministro de Suecia, Stefan Löfven, han llamado ya al Mandatario surcoreano, Moon Jae-in, para pedirle detalles de las medidas en su país, según la oficina de Moon.
El secretario general de la Organización Mundial de Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, elogió a Corea del Sur por demostrar que la contención del coronavirus, aunque es difícil, «se puede lograr», y urgió a los países a «aplicar las lecciones aprendidas en Corea y en otros lugares».
Funcionarios surcoreanos alertaron que sus éxitos pueden ser tentativos. Un riesgo de resurgimiento permanece, particularmente debido a que la epidemia continúa más allá de las fronteras del país.
No obstante, Scott Gottlieb, un ex comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, ha planteado repetidamente a Corea del Sur como modelo.
«Corea del Sur está demostrando que el Covid-19 puede vencerse con una política de salud pública inteligente y agresiva», escribió en Twitter.
Lección 1: Intervenir rápidamente, antes de que sea una crisis
Tan sólo una semana después de que fue diagnosticado el primer caso en el país a finales de enero, funcionarios del Gobierno se reunieron con representantes de varias compañías médicas, y urgieron a las empresas a empezar a desarrollar inmediatamente kits de prueba de coronavirus para producir en masa, prometiendo una aprobación de emergencia.
En tan sólo dos semanas, aunque los casos confirmados de Covid-19 en Corea del Sur permanecían en dos dígitos, miles de kits de prueba se enviaban diariamente. El país actualmente produce 100 mil kits por día, y funcionarios señalan que están en pláticas con 17 Gobiernos extranjeros para exportarlos.
Las autoridades también impusieron rápidamente medidas de emergencia en Daegu, una ciudad de 2.5 millones de habitantes donde los contagios se propagaron rápidamente a través de una iglesia local.
«Corea del Sur pudo lidiar con esto sin limitar el movimiento de las personas porque conocíamos la principal fuente de infección, la congregación de la iglesia, desde el principio», dijo Ki Mo-ran, epidemiólogo que asesora la respuesta del Gobierno al coronavirus.
«Si hubiéramos sabido de ello más tarde, las cosas podrían haber sido mucho peores».
Los surcoreanos, contrario a los europeos y estadounidenses, también estaban preparados para tratar el coronavirus como emergencia nacional, luego del brote del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS, por sus siglas en inglés) en 2015 que causó la muerte de 38 personas en el país.
Se cree que el coronavirus tiene un periodo de incubación de cinco días, seguido en la mayoría de los casos de un periodo de síntomas leves que podrían confundirse con un resfriado, cuando el virus es altamente transmisible. Este patrón crea un retraso de una o dos semanas antes de que se manifieste un brote. Lo que parece un puñado de casos podrían ser cientos; lo que parecen cientos podrían ser miles.
«Dichas características del virus hacen que la respuesta tradicional, que enfatiza el bloqueo y el aislamiento, sea ineficaz», dijo Kim Gang-lip, viceministro de salud de Corea del Sur.
«Una vez que llega, la vieja forma no es efectiva para detener la propagación de la enfermedad».
Lección 2: Prueba temprana, frecuente y segura
Corea del Sur ha realizado pruebas de coronavirus a muchas más personas que cualquier otro país, lo que le permite aislar y tratar a muchas personas poco después de la infección.
El país ha realizado más de 300 mil pruebas, para una tasa per cápita 40 veces mayor a la de Estados Unidos.
«Las pruebas son fundamentales porque eso lleva a una detección temprana, minimiza la propagación y trata rápidamente a aquellos hallados con el virus», explicó Kang Kyung-wha, el Ministro surcoreano de Relaciones Exteriores, a la BBC.
Kang se refirió a las pruebas como «la clave detrás de nuestra muy baja tasa de mortalidad también».
Aunque se describe a Corea del Sur como un país que evitó una epidemia, miles de personas resultaron infectadas, y el Gobierno inicialmente fue acusado de complacencia. Su enfoque basado en las pruebas fue diseñado para revertir un brote que ya estaba en marcha.
Para evitar que los hospitales y clínicas se vieran abrumados, funcionarios abrieron 600 centros para la aplicación de pruebas, los cuales fueron diseñados para evaluar a la mayor cantidad de personas posibles, lo más rápido posible -y manteniendo seguros a los trabajadores de salud al minimizar el contacto.
En 50 estaciones, a los pacientes se les realiza la prueba sin necesidad de que bajen de sus automóviles. Se les da un cuestionario, se les hace una exploración remota de temperatura y se les toma una muestra con un hisopo en la garganta. El proceso toma unos 10 minutos. Los resultados de las pruebas usualmente se entregan en horas.
Lección 3: Rastreo de contactos, aislamiento y vigilancia
Cuando una persona da positivo, trabajadores de salud rastrean los movimientos recientes del paciente para hallar, realizarle la prueba -y, si es necesario, aislar- a cualquiera con el que haya tenido contacto la persona, un proceso conocido como rastreo de contactos.
Esto también permite a los trabajadores de salud identificar redes de una posible transmisión temprana, eliminando el virus de la sociedad como un cirujano que extirpa un cáncer.
Corea del Sur desarrolló herramientas y prácticas para un rastreo agresivo de contactos durante el brote del MERS. Trabajadores de salud rastreaban los movimientos de pacientes utilizando imágenes de cámaras de seguridad, registros de tarjetas de crédito, y hasta los datos de GPS de sus autos y celulares.
«Hicimos nuestras investigaciones epidemiológicas como detectives de Policía», dijo Ki.
«Después, revisamos las leyes para priorizar la seguridad social sobre la privacidad individual en tiempos de crisis por enfermedades infecciosas».
A medida que el brote de coronavirus crecía demasiado para rastrear a los pacientes con tanta intensidad, los funcionarios confiaron más en mensajes masivos.
Los celulares de los surcoreanos vibran con alertas de emergencia cada que nuevos casos son descubiertos en sus distritos. Sitios web y apps para teléfonos inteligentes detallan hora por hora, a veces minuto por minuto, los viajes de las personas infectadas -qué autobuses tomaron, cuándo y dónde lo tomaron y se bajaron, incluso si estaban utilizando mascarillas.
Personas que creen que se cruzaron con un paciente son alentadas a acudir a un centro de pruebas.
Lección 4: Obtener ayuda del público
No hay suficientes trabajadores de la salud o escáneres de temperatura corporal para rastrear a todos, por lo que cada día la gente debe colaborar.
Líderes concluyeron que la supresión del brote requería mantener completamente informados a los ciudadanos y pedirles su colaboración, dijo Kim, viceministro de Salud.
Funcionarios también reconocieron el sistema nacionalizado de atención médica del país, que garantiza la mayor parte de la atención, y las reglas especiales que cubren los costos relacionados con el coronavirus, lo que da, incluso a la gente con cero síntomas, un gran incentivo para realizarse la prueba.
Al día de hoy, Corea del Sur suma 8 mil 961 casos confirmados, y 111 muertes.
Fuente: The NYT