La Agencia Europea de Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) afirmó que los beneficios de la vacuna Covid de AstraZeneca son mayores a los riesgos, tras la negativa de varias naciones a aplicarla por presuntos casos de trombosis, lo que bloquea los esfuerzos de inmunización en un clima de desconfianza hacia la farmacéutica, que comenzó con retrasos de entregas.
“El beneficio-riesgo aún es considerado positivo y no vemos ningún problema en continuar la vacunación con ella”, insistió el jefe de la unidad de amenazas biológicas a la salud del regulador, Marco Cavaleri, acerca del peligro asociado a hospitalizaciones y muertes.
Sin embargo, ocho gobiernos de Europa, Asia y América se unieran al freno parcial, por lotes o total de uso, tras muertes sospechosas, con lo que suman 22 naciones con la interrupción por prevención.
Del primer bloque fueron Alemania, Francia, España, Portugal, Eslovenia y Chipre, así como Indonesia y Venezuela, de las otras regiones.
La EMA agregó que la frecuencia detectada en la formación de coágulos no es más alta de lo normal, pues se reporta una treintena de pacientes con problemas de sangre, que pueden ser por varias razones.
Sin embargo, admitió que ya realiza pruebas para determinar si hay evidencia sobre un peligro real, por lo que el Comité de Seguridad convocó a una reunión extraordinaria el próximo 18 de marzo para evaluar la seguridad del biológico y se prevé que presente medidas adicionales, pero reiteró que es recomendable seguir con la aplicación, pues no existe un vínculo entre los trombos y la dosis.
Alemania y Francia, que recibieron la alerta de Noruega y Dinamarca —primeros en detectar los supuestos efectos secundarios—, argumentaron que se trata de una acción preventiva.
Aunque el gobierno galo, que recibió dosis del lote que ha causado presumiblemente estos efectos, determinó que el freno es por un par de días. Incluso, el mandatario, Emmanuel Macron, confió en reanudar pronto su uso. En tanto, Alemania expresó que la decisión se da tras detectar siete casos de coágulos en el cerebro entre 1.5 millones de personas que recibieron la inyección; es decir, 0.0004 por ciento. Además, el ministro de Salud, Jens Spahn, admitió que son conscientes de “las consecuencias de esta decisión”.
Horas después, España fijó una suspensión de 15 días, plazo en el que prevé contar con nueva información. En tanto, Portugal, Eslovenia y Chipre, que no reportan casos sospechosos, indicaron que también la interrumpieron hasta que se demuestre si hay o no relación de causalidad; el gobierno luso pretendía usarlas para inmunizar a maestros y recientemente la avaló para mayores de 65 años.
En tanto, Indonesia decidió retrasar el plan que incluye esta dosis; el gobierno, que ya recibió 1.1 millones de vacunas de esta firma, determinó esperar al nuevo reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), luego de que Tailandia frenara utilizarlas por la supuesta formación de coágulos luego de recibir el biológico.
Por la noche, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, informó que debido a los efectos secundarios generados en Europa esta dosis no será en la región.
“Venezuela no dará permiso a la vacuna AstraZeneca en nuestro país por los efectos que tiene en los pacientes”, aseveró en transmisión televisiva.
Previamente, tanto el regulador, la OMS y la farmacéutica reiteraron que no hay evidencia de una supuesta relación entre los fallecimientos y hospitalizaciones, para evitar casos de “pánico”, pues el porcentaje “no parece ser mayor” en comparación con el total de la población.
En un comunicado, el pasado 14 de marzo, la firma británica detalló que evaluó 17 millones de casos y no hay evidencia de riesgo de embolia “ni por edad, grupo, género o lote”.
Incluso, la OMS —que entrega dosis a naciones pobres— reiteró el llamado a no detener las campañas de vacunación.
Los gobiernos que aplicaron nuevas restricciones confirmaron que ya cancelaron miles de citas para adultos mayores.