La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) es responsable del ataque con un carro bomba que dejó al menos 21 personas muertas y 68 más heridas en una academia de la Policía Nacional en el sur de la capital colombiana, informó este viernes el Ministro de Defensa, Guillermo Botero.
El ataque del jueves, el peor de su tipo en la historia reciente de Colombia, provocó temores de un regreso al violento pasado del país sudamericano y aleja la posibilidad de que el Gobierno del Presidente Iván Duque inicie un diálogo de paz con esa guerrilla.
«Un acto terrorista del ELN segó esas vidas», dijo Botero en una conferencia de prensa desde la sede de la Presidencia.
El ELN, conformado por unos 2 mil combatientes y considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, mantiene sus ataques contra las Fuerzas Armadas y la infraestructura económica en medio del conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado unos 260 mil muertos y millones de desplazados.
La Dirección General de la Policía informó que el vehículo cargado con 80 kilos de pentolita ingresó en forma violenta al centro de formación de oficiales y explotó después de estrellarse contra un muro.
Uno de los fallecidos fue José Aldemar Rojas, alias «El Mocho» o «Kiko», quien conducía el vehículo cargado con los explosivos que irrumpió violentamente en la Escuela de Cadetes General Santander.
«El autor material de este acto terrorista es miembro del Ejército de Liberación Nacional», dijo el Fiscal general, Néstor Humberto Martínez.
Rojas era experto en explosivos, labor en la que había perdido su mano derecha, y tenía su centro de operaciones en el departamento de Arauca desde donde pasaba con frecuencia a Venezuela, según las autoridades.
Martínez reveló que luego de interceptaciones telefónicas fue capturado en Bogotá un hombre que reconoció su participación en el acto terrorista.
El Ministro Botero explicó que según las investigaciones el ataque se planeó desde hace más de 10 meses.
«No descansaremos hasta capturar y llevar a la justicia al resto de los terroristas involucrados y les notifico a esos criminales que les espera el repudio social, el rechazo de todos los colombianos y la comunidad internacional, y el castigo ejemplar de la justicia», dijo el Mandatario Iván Duque, el jueves en la noche, en una alocución.
Los ataques con vehículos cargados con explosivos fueron frecuentes en Colombia en medio de la guerra del Estado contra el Cartel de Medellín que dirigió el difunto narcotraficante Pablo Escobar, a finales de la década de 1980, así como por las acciones de los grupos guerrilleros izquierdistas.
Sin embargo, estos hechos se redujeron considerablemente tras el acuerdo de paz que firmaron en 2016 el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC.
Duque mantiene congelados los diálogos de paz con el ELN a la espera de que libere a 17 personas secuestradas y suspenda sus hostilidades, a lo que esa guerrilla se ha negado.
El ELN es radical, tiene una cadena de mando difusa y disenso entre sus filas, lo que según fuentes de seguridad y analistas dificulta lograr un acuerdo de paz.