El presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, el republicano Jeb Hensarling, expresó hoy su rechazo al plan del presidente Donald Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio porque afectará a los consumidores y la economía.
“Discrepo con el presidente. No sé de ninguna guerra comercial que termine bien (…) Me temo que esto va a perjudicar a los consumidores y que va a resultar en una pérdida neta de empleos”, declaró en una entrevista con la cadena CNN.
Hensarling, quien representa a un distrito de Texas, señaló que los productores de su estado le han advertido que el plan de Trump va a provocar que se incrementen los precios de sus productos y potencialmente que se vean forzados a despedir trabajadores.
“Tenemos de 100 mil a 150 mil personas empleadas en la industria siderúrgica, pero tenemos a millones que usan el acero para producir otras cosas”, explicó Hensarling.
Trump adelantó la semana pasada que impondrá aranceles de 25 por ciento y 10 por ciento a las importaciones de acero y aluminio, lo que provocó airadas reacciones no sólo de algunos de sus principales socios comerciales, sino de los republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado.
Hensarling dijo darle mucho crédito al presidente por la ley de recortes de impuestos y creación de empleos, y por la desregulación.
“Creo que eso nos ha ayudado a tener un crecimiento de 3.0 por ciento. Pero mi temor es que el presidente va a hacer retroceder mucho del progreso que ha hecho y no veo a ningún ganador en una guerra comercial”, dijo el legislador.
“El presidente debe ser muy, muy cuidadoso con esto. Y si continua con esto, como parece que va a ser, le pido que sea muy quirúrgico”, remató.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano de Wisconsin, Paul Ryan, apeló la víspera a Trump a cancelar su plan de imponer los aranceles al acero y aluminio, y advirtió sobre los riesgos de una guerra comercial.
“Estamos extremadamente preocupado sobre las consecuencias de una guerra comercial y estamos instando a la Casa Blanca a no continuar con su plan”, señaló a su vez en una declaración Ashlee Strong, la portavoz del líder cameral.
Tradicionalmente los legisladores republicanos han apoyado políticas de libre mercado y apertura comercial. En su momento fueron clave para la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) durante la presidencia de William Clinton.
Trump descartó el lunes la posibilidad de una guerra comercial y evitó retractarse de la posibilidad de anunciar las sanciones comerciales, por lo que los republicanos alistan una carta que enviarán al mandatario para expresarle sus preocupaciones.
El Departamento de Comercio recomendó a Trump imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, bajo el argumento de que su incremento “amenaza desquiciar la seguridad nacional” de Estados Unidos.
El republicano Kevin Brady, presidente del Comité, pidió el pasado fin de semana a la administración exentar de los aranceles a dos de sus principales socios comerciales, Canadá y México.
Trump respondió sin embargo que Canadá y México sólo podrán evitar los aranceles si logran completar la renegociación de un TLCAN justo.
Pero expertos señalaron que la posición de Trump de ligar la imposición de aranceles a México y Canadá al desenlace del TLCAN, muestra que la Casa Blanca está usando los aranceles como fichas de negociación para extraer concesiones de sus socios comerciales.
“Esto erosiona el argumento de la Casa Blanca de que se hace por seguridad nacional. Esta es la señal más clara de que la premisa de seguridad nacional es falsa”, se?aló a la prensa Edward Allen, del Consejo de Relaciones Exteriores.
El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, sostuvo la víspera que México no debe ser incluido en los aranceles al acero y al aluminio. “Es la manera equivocada de incentivar la creación de un TLCAN moderno”, escribió en Twitter.