El Senado aprobó un dictamen para establecer que los aceites y grasas comestibles, así como los alimentos y bebidas no alcohólicas, no podrán contener en su presentación para venta al público aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, que hayan sido añadidos durante su proceso de elaboración industrial.
Se trata de la adición del artículo 216 Bis a la Ley General de Salud que avaló la Asamblea por unanimidad, con 84 votos a favor, que busca que los alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas no puedan exceder dos partes de ácidos grasos trans de producción industrial, por cada cien partes del total de ácidos grasos.
Para lo cual la Secretaría de Salud establecerá las bases de regulación de producción industrial en los términos de este precepto.
La senadora Lilia Margarita Valdez Martínez, de Morena, subrayó que las grasas trans de producción industrial son compuestos artificiales nocivos presentes en diferentes alimentos y grasas.
Las principales industrias que utilizan estos aceites hidrogenados -alertó-, son la galletera, la panadera, repostera, confitera, de botanas y frituras.
La legisladora aseveró que los alimentos que lo contienen están las mantecas vegetales, margarinas, galletas dulces y saladas, así como caramelos, comida tipo snack, palomitas de microondas, pasteles, aderezos, etcétera los cuales se elaboran con combustibles vegetales parcialmente hidrogenados.
Margarita Valdez puntualizó que, con esta reforma, México se suma al igual que Canadá y Estados Unidos, quienes ya desde hace más de 20 años tienen reguladas estas grasas en los alimentos, como los países que están atendiendo esta problemática.
Reconoció que es fundamental para prevenir enfermedades crónico-degenerativas que son muy costosas y difíciles de currar. Este, afirmó, “es un momento histórico porque estamos escuchando a una sociedad que por más de 50 años pedían porque estas normas se regularizarán”.
A su vez, el presidente de la Comisión de Salud, Américo Villarreal Anaya, calificó como lamentable la alimentación que se fomenta en nuestro país, ya que es la principal causa de los altos niveles de morbilidad y mortalidad, por lo que reformar a la industria alimentaria es primordial para garantizar una mejor calidad de vida a las y los mexicanos.
La senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, del PAN, respaldó la propuesta y consideró necesario analizar que se reformulen los alimentos procesados como en Francia, Alemania y otros países, y contribuir al cuidado de la salud de la población, “también hay que hacer una evaluación para saber cómo ha funcionado el etiquetado de alimentos”.
Por el PT, la senadora Cora Cecilia Pinedo Alonso, advirtió que el aumento de su ingesta se asocia a un aumento del riesgo de cardiopatía coronaria, la cual provoca más de 500 mil muertes prematuras anuales.
La coordinadora de la bancada del PES, Sasil de León Villard, aseveró que la aprobación de esta propuesta es fundamental para controlar y combatir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la población mexicana.
En tanto, el senador Juan Manuel Fócil Pérez, expuso que para el PRD este dictamen es de gran relevancia para la salud pública, tan es así que el consumo alto de alimentos procesados y chatarras aumenta el riesgo de muerte por diversas causas en 34 por ciento y por cardiopatías coronarias, 28 por ciento.
El dictamen, que adiciona el artículo 216 Bis a la Ley General de Salud y que se remitió a la Cámara de Diputados para los efectos del artículo 72 Constitucional, destaca que México forma parte de los 15 países donde se registran dos tercios de las muertes de todo el mundo vinculadas a la ingesta de grasas trans.
Además, que el país está entre las 11 naciones que aún tienen pendiente la adopción de medidas urgentes en este problema alimentario, junto a Azerbaiyán, Bangladesh, Bután, Ecuador, Egipto, India, Irán, Nepal, Pakistán y República de Corea.
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