El Papa Francisco reconoció que la plaga de los eclesiásticos pederastas no ha sido afrontada con el debido rigor.
Ciudad del Vaticano.- Los miembros del clero culpables de haber cometido abusos sexuales contra menores deben entregarse a la justicia civil. Por primera vez el Papa Francisco lo dijo claramente ante cardenales y obispos, reconociendo al mismo tiempo que la plaga de los eclesiásticos pederastas no ha sido afrontada con el debido rigor.
La ocasión para hablar de los escándalos sexuales que han sacudido los cimientos de la Iglesia, fue el encuentro en el Vaticano para los tradicionales augurios de Navidad con la jerarquía de la Curia vaticana. Bergoglio uso palabras duras y de fuerte impacto, dando a entender que ha llegado la hora de voltear pagina.
Por lo pronto, dijo basta con ocultar y cubrir los abusos por parte de las instituciones, incluyendo a pururados y altos prelados. A>si como la costumbre de desplazar a otra ciudad o país a un parroco pedófilo con la esperanza de curarlo o de no suscitar escándalo y dañar en este caso la imagen de la Iglesia.
“De frente a estos abominables hechos la Iglesia no dejara de hacer todo lo necesario para entregar a la justicia a los autores de estos delitos. La Iglesia –subrayo el pontifice argentino-, no tratara jamas de encubrir o subestimar ningún caso de pedofilia. Es innegable –preciso- que algunos responsables, en el pasado, ya sea por incredulidad, falta de preparación o por superficialidad espiritual y humana, han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez…!Esto no tendra que acontecer mas!”, exclamo Francisco, agradeciendo a los medios de comunicación por el papel que han desempeñado en estos años para mantener alta la atencion hacia este argumento, con investigaciones y revelando mentiras y omisiones al respecto.
“Agradezco a los medios que han desenmascarado a estos lobos y de haber dado voz a las víctimas”, dijo Francisco puntualizando la necesidad de “no callar estas monstruosidades y darlas a conocer con objetividad, ya que el escándalo mas grande en esta materia es el de cubrir la verdad”.
En su discurso, Francisco menciono los principales momentos del año en la Iglesia, refiriéndose obviamente a los migrantes, “obligados a dejar su patria y a poner en peligro su vida o a quienes sobreviven pero encuentran las puertas cerradas, mientras que sus hermanos en humanidad están empeñados en las conquistas políticas y de poder”. Recordó también la sangre derramada por los martires. “Parece que la cruel y atroz persecución del imperio romano no conoce fin. Nacen nuevo Nerones –añadio- o para oprimir a los creyentes, solo por su fe en Cristo. Nuevos grupos extremistas atacan las iglesias, los lugares de culto, los ministrios y simples fieles…”.
De la misma manera, Francisco recordó los escándalos y las infidelidades en la Iglesia y pronuncio palabras de fuego contra quienes creen que han sido “ungidos del Señor, hombres consagrados que abusan de los débiles, aprovechando de su poder moral y de persuasión, cumplen delitos y siguen ejerciendo su ministerio tranquilamente, no temen a Dios y a su juicio, temen solo ser descubiertos y desenmascarados”.
Exhorto finalmente a los ogros que abusan de los menores, a quienes “pido que que se conviertan y se entreguen a la justicia humana y se preparen a afrontar la justicia divina”.
Las palabras de Francisco anticiparon los temas centrales de la próxima reunión en el Vaticano de los presidentes de las conferencias episcopales del planeta, convocada por para enfrentar, todos de común acuerdo, el “cancer” de la pedofilia eclesiastica, aplicando la receta pronunciada en esta ocasión por el jefe de la Iglesia Católica. (fin)
El sol de Puebla