El Tottenham, que hace apenas cuatro meses disputó su primera Final de Champions League, está haciendo historia de nuevo este año en el máximo certamen del futbol europeo.
Pero esta vez es historia indeseable.
Los Spurs fueron humillados por el Bayern Múnich, que propinó una goleada de 7-2 a domicilio. Fue la primera vez que el club inglés ha recibido siete tantos como local en cualquier competición, durante sus 137 años de historia.
Asimismo, se trata de la derrota por mayor margen sufrida por un equipo de Inglaterra en casa dentro de cualquier competición continental.
Para agravar el bochorno del Tottenham, Serge Gnabry, ex jugador de su rival acérrimo Arsenal, marcó cuatro de los tantos del Bayern con estupenda capacidad de definición. Todos los goles de Gnabry llegaron en un brutal segundo tiempo del encuentro correspondiente al Grupo B.
Se anotaron seis goles en el complemento.
El Bayern, que no era considerado entre los favoritos dentro de la presente edición de la Champions, esgrimió un argumento enfático, en medio de una campaña de renovación del club alemán.
Pero principalmente, la goleada de escándalo coloca al límite la presión sobre el Tottenham y su estratega argentino Mauricio Pochettino, en su sexta temporada.
Arrecian las críticas en el sentido de que el Tottenham se ha estancado bajo la gestión de Pochettino, quien ha hablado públicamente de tensiones en el plantel desde que cayó ante Liverpool en la última Final de la Liga de Campeones.