La historia comienza el 9 de julio, cuando Jessica Ross y Treveon Isaiah Taylor Sr., llenos de expectativas y emoción, llegaron al Southern Regional Medical Center en Riverdale, Georgia, para dar la bienvenida a su primer hijo. Después de 10 largas horas de trabajo de parto, recibieron una noticia devastadora: su bebé había fallecido durante el proceso.
«Después de que recuperamos el cuerpo de Southern Regional, me llamaron para que viniera a ver qué habían traído del hospital y fue entonces cuando noté que la cabeza del bebé no estaba unida al cuerpo», dijo Sylvania Watkins, gerente general de la funeraria Willie A. Watkins, a Candace McCowan, de WSB-TV. “Esto fue lo que levantó las alarmas, recibir a este bebé del hospital con esa condición… el bebé debería haber venido del médico forense desde el inicio, por lo que llamé para ver si habían sido informados”.
El shock de una revelación inimaginable
El Southern Regional Medical Center se vio envuelto en un giro espeluznante cuando la Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton declaró la muerte del bebé como un homicidio. Según el informe forense, la causa de la muerte fue una «fractura-dislocación» en la columna cervical y la médula espinal del bebé. Este descubrimiento dejó a la familia en un estado de conmoción y dolor indescriptibles.
Cuál es la postura del hospital
El Southern Regional Medical Center emitió un comunicado donde expresaba que era «incapaz de discutir la atención y el tratamiento de pacientes específicos» debido a las leyes de privacidad del paciente y la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros de Salud, o HIPAA, de acuerdo con CNN.
«Nuestros más sinceros pensamientos y oraciones están con la familia y todos los afectados por este trágico suceso», dice el comunicado. «Nuestras oraciones también están con el dedicado equipo de médicos, enfermeras y personal del Southern Regional Medical Center que atendió a este paciente. Nuestro compromiso es proporcionar una atención compasiva y de calidad a todos y cada uno de los pacientes, y esta pérdida es desgarradora».
De acuerdo con el mensaje emitido por el hospital, el médico implicado en el parto no es empleado del hospital. «El hospital ha tomado las medidas apropiadas en respuesta a esta desafortunada situación», agregaron. «Dado que este asunto se encuentra en litigio, nos abstenemos de facilitar información adicional».
Demanda por parte de los padres: buscando respuestas y justicia
En busca de respuestas y buscando hacer responsable a los culpables, la familia decidió tomar medidas legales. Presentaron una demanda contra el Southern Regional Medical Center y la doctora Tracey St. Julian, la médica a cargo del parto. La demanda alega que la doctora no siguió los protocolos médicos adecuados durante el parto, lo que resultó en la decapitación accidental del bebé.
En medio de la tragedia y el dolor, la familia busca respuestas y justicia para su querido hijo. A pesar de los desafíos y obstáculos en su camino, están decididos a encontrar la verdad y asegurarse de que los responsables rindan cuentas por sus acciones. Su lucha no solo es por su propia paz y cierre, sino también en honor a la memoria de su preciado bebé, cuya vida fue trágicamente truncada antes de tener la oportunidad de comenzar.