Por Paul Cabrera
Fotos: Daniela Portillo
En un país sediento de buenas noticias, la historia de Benito, la jirafa de Ciudad Juárez, brilla como un faro de esperanza. Rescatado de condiciones desoladoras en un parque público, su travesía hacia la libertad capturó el corazón de todo México.
Este ejemplar tuvo que viajar alrededor de 30 horas en carretera para llegar a la ciudad de Puebla. Luego de semanas de protestas y quejas por parte de grupos activistas, Benito finalmente encontró su hogar en Africam Safari, donde será parte de una familia que le brindará agua, alimentación y un espacio digno para desarrollarse de forma saludable.
La historia de Benito comenzó en el Zoológico de Culiacán, en Sinaloa, antes de ser trasladado al Parque Central de Ciudad Juárez, en Chihuahua. A pesar de las quejas de los visitantes y las denuncias de activistas, su situación empeoraba día a día, enfrentando temperaturas extremas y condiciones deplorables.
La asociación ‘Salvemos a Benito’ lideró la lucha por su rescate, compartiendo imágenes impactantes de su situación en las redes sociales y presionando a las autoridades para que actuaran. Después de una larga batalla, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) accedió a su traslado a Africam Safari en Puebla.
El viaje hacia su nuevo hogar fue un desafío logístico, pero finalmente, tras 32 horas de travesía, Benito llegó a su destino. Ahora, bajo el cuidado de expertos, se encuentra en observación y ya está conviviendo con otras jirafas de su especie.
La historia de Benito es un recordatorio poderoso de la capacidad de la comunidad para generar cambios positivos y de la importancia de defender los derechos de los animales. En un México donde la crueldad y la indiferencia a menudo prevalecen, Benito es un símbolo de esperanza y redención, un héroe en la selva que nos recuerda el valor de la compasión y la solidaridad.
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