Nueva York, 15 Jun (El Informador).- El cantautor Bob Dylan expuso en la que supone su primera entrevista en cuatro años sus opiniones sobre el actual momento social, desde el racismo que ha desatado una oleada de protestas en EU hasta la pandemia que ha paralizado al mundo pocos días antes de lanzar su nuevo disco «Rough and Rowdy Ways».
«Me produce unas náuseas sin fin el ver a George torturado hasta la muerte de esa manera», dijo el artista sobre la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco el pasado 25 de mayo.
«Fue extremadamente feo. Esperemos que la justicia llegue rápidamente para la familia de Floyd y para el país», aseveró en la charla con The New York Times.
Dylan, que según el autor del artículo sonaba «deprimido», se expresó así sobre una muerte que ha desatado un movimiento social en EU y que ha llegado a países de todo el mundo, una posición que coincide con las protestas que ha expresado a través de su música durante décadas, que comenzaron hace más de 50 años con la guerra de Vietnam y con la lucha por los derechos civiles.
Uno de sus primeros ejemplos fue su «Oxford Town» de 1963, que escribió cuando James Meredith se convirtió en el primer estudiante negro admitido en la Universidad de Mississippi.
En cuanto a la pandemia del coronavirus, Dylan opinó que es un «indicador» de lo que sucederá en el futuro, pero desechó que se plantee la enfermedad en «términos bíblicos».
«¿Te refieres a una especie de señal de advertencia para que la gente se arrepienta de sus errores? Eso implicaría que el mundo se enfrenta a algún tipo de castigo divino», apuntó, para señalar después que «quizá estemos a las puertas de la destrucción» porque «la arrogancia extrema puede traer castigos desastrosos».
«Hay muchas formas en las que se puede pensar sobre este virus. Creo que simplemente hay que dejarlo seguir su curso», agregó.
Relacionado con el coronavirus, Dylan también confesó haberse quedado «estupefacto» con el show de Broadway «Girl in the North Country», basado en sus canciones, y que se estrenó poco antes de que la pandemia forzara el cierre de la meca del teatro en EU.
«Lo vi como un espectador anónimo, no como alguien que tuviera algo que ver con ello. (…) La obra me hizo llorar al final… Cuando bajó el telón, estaba estupefacto, de verdad. Qué pena que Broadway haya tenido que cerrar porque quería verlo de nuevo», explicó.
El premio nobel de Literatura también desveló en la entrevista del New York Times, hecha por el profesor de historia y escritor Douglas Brinkley, cómo escribe sus propias piezas, que dice le vienen a la cabeza cuando está en «una especie de trance».
«La mayoría de mis canciones recientes son así… Las canciones parece que se conocen a sí mismas y saben que las puedo cantar, vocalmente y rítmicamente. Se escriben solas y cuentan con que yo las cante», afirmó.
Además, confesó no sentirse especialmente creativo cuando está en casa, sino más bien cuando está viajando, y aseguró que tampoco explora ideas musicales en un estudio privado, sino «sobre todo en habitaciones de hotel».
También negó en su entrevista improvisar en sus actuaciones, pese a las reinvenciones que saca a relucir de sus clásicos durante sus giras: «No hay ninguna forma de cambiar la naturaleza de una canción una vez la has inventado… Básicamente tocas lo mismo una y otra vez de la forma más perfecta que puedes».
Dylan recordó en su conversación con Brinkley al recientemente fallecido Little Richard, quien dijo que «prendió una llama» dentro de él.
«Me sintonizó con cosas que nunca hubiera descubierto solo», aseveró el cantaurtor, que opinó que el intérprete de «Tutti Frutti» fue un gran cantante de góspel, pero que nunca fue aceptado en ese mundo.
«Y por su puesto el mundo del rock ‘n roll querían que siguiera candando ‘Good Golly, Miss Molly’. Así que su góspel tampoco fue aceptado en ese mundo», razonó.
Dylan también reveló sus canciones preferidas de «Eagles» -«Hotel California» sobre todo, pero también «Pretty Maids», «New Kid in Town» y «Life in the Fast Lane»- a la vez que dijo haberse sentido inspirado por cantantes de jazz como Ella Fitzgerald, Oscar Peterson y Thelonius Monk.