El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien prometió aplicar reformas ultraliberales en el gigante sudamericano, heredará una economía al ralentí tras perder el 7.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) entre 2014 y 2016.

El boletín Focus, publicado semanalmente por el Banco Central del país, señaló este lunes que la economía del gigante sudamericano crecerá 1.36 por ciento en 2018, mientras que el próximo año la previsión del mercado es de 2.5 por ciento.

El próximo ministro de Hacienda de Brasil debe ser Paulo Guedes, asesor de Bolsonaro en cuestiones económicas pues el presidente electo admitió que “no sabe nada” sobre el asunto.

Guedes, un ultraliberal formado en la Escuela de Chicago, podría aplicar una serie de reformas “choque” en el gigante sudamericano como la reducción de 29 a 15 ministerios, el corte de funcionarios federales y la privatización de empresas estatales.

Aunque existen muchas dudas sobre cuál será de facto la política que Bolsonaro impulsará en Brasil, ayer el mandatario electo prometió que “el gobierno federal dará un paso atrás pare reducir su burocracia y estructura”.

“Empleo, renta y equilibrio fiscal es nuestro compromiso”, aseveró Bolsonaro, quien dijo que quiere reducir el déficit en 2019 y tener superávit en las cuentas públicas en 2020 por medio de la creación de empleos, privatizaciones y reducción de gastos.

Una de las prioridades será la reforma del sistema de pensiones, deficitario este año en más de 58 mil millones de dólares y considerado insostenible a largo plazo, un proyecto difícil de aprobar en el Legislativo por impopular y en el que ya fracasó el presidente Michel Temer.