¿Qué motiva a Saúl Álvarez para subirse al ring apenas tres meses después de su gran victoria ante Gennady Golovkin?
Los motivos sobran para el campeón mundial mediano: hacer historia en el boxeo mexicano con otro título, darse la satisfacción de pelear en el Madison Square de Nueva York y, simplemente, las ganas de estar activo.
Por ahora, no quiere saber de un tercer capítulo contra ‘GGG’. Sólo quiere enfocarse en Rocky Fielding, el campeón supermediano a quien enfrentará el 15 de diciembre.
«Es la oportunidad de ganar otro título. De hacer historia. Estaría entre los 10 mexicanos que ganaron títulos en tres categorías distintas», dijo Álvarez.
Evocó también una vieja fascinación de subirse al entarimado del Garden, en particular el recuerdo de presenciar una pelea de Miguel Cotto, el multicampeón puertorriqueño que disputó una decena de combates en la Meca del boxeo.
«Un ambiente muy distinto. Muy bonito. ¡Eran puros boricuas!», rememoró Álvarez. «Ahora seguramente habrá muchos mexicanos. Espero que vengan de todos lados de América Latina, no sólo mexicanos».
«Hacía muchos años que quería pelear aquí. Estoy muy contento. Muy emocionado», añadió.
Con 28 años, Álvarez (50-1-2, 34 nocauts) asegura que asume un gran riesgo al subir de peso.
«Estaré saliendo de mi zona de confort y no sé cómo me voy a sentir en ese peso. Pero eso es parte del boxeo. Es un riesgo que tomo a conciencia.
«Hay que ver cómo reacciona mi cuerpo. Sé que soy mejor peleador que él, con más experiencia. Pero su mayor peso puede complicar las cosas», dijo Álvarez.
La expectativa sigue siendo una posible tercera pelea contra Golovkin, pero el mexicano insiste que eso no asoma en sus planes inmediatos.
«En estos momentos no pienso en eso. Estoy enfocado totalmente en Fielding», dijo. «No hay en marcha ninguna negociación, por ahora no hay nada. Pero si la gente quiere una tercera pelea, la haremos. Creo que demostré que soy el mejor a lo largo de 24 rounds».
Al preguntársele si se le debe considerar como el mejor boxeador mexicano de la historia, Álvarez se desmarcó. No quiere que se le señale como insolente al compararse con leyendas como Julio César Chávez, Rubén Olivares o Salvador Sánchez.
«México tiene grandes boxeadores. Sería una falta de respeto elegir a uno», afirmó. «Pero es una gran motivación, un orgullo ser parte del grupo».