Científicos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) trabajan en identificar los compuestos activos en frijol negro, maíz, agave y nopal, para elaborar alimentos que ayuden en el tratamiento auxiliar en enfermedades como el cáncer.
El objetivo de los investigadores, organizados en el grupo llamado NutriOmics, del ITESM campus Toluca, Puebla, Querétaro y Monterrey, es hacer suministros que coadyuven a reducir los efectos secundarios de medicamentos o dosis de quimioterapias, dijo la doctora en biotecnología, Janet Alejandra Gutiérrez Uribe.
Para el desarrollo del proyecto, los investigadores estudian en el Laboratorio de Biotecnología del ITESM las bases de moléculas que están en bajas concentraciones y se conocen como fitoquímicos.
Los resultados de los estudios de 15 años de investigación incluyen pruebas experimentales en roedores, a los cuales se le suministró alimentos procesados con bioactivos.
Después como parte del proyecto se les indujo cáncer, destacando que cerca del 80 por ciento de los animales no presentó el padecimiento.
También, llevaron a cabo pruebas en un grupo que ya registraba tumores cancerígenos y al consumir de manera diaria el alimento procesado, registraron en un periodo de tres semanas desvanecimiento tumoral.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Gutiérrez Uribe explicó que, los resultados están vinculados con el trabajo que realizan con la identificación de los genes que regulan el ciclo celular.
“Hacemos la identificación de los genes y estudiamos qué regula el ciclo celular y los genes relacionados con este ciclo. Para estudiar la microRNA (miRNA), que son fragmentos que se encargan de regular la duplicación de las células”, señaló.
“Lo que observamos es que con los compuestos que están en el frijol negro se logra inactivar estos microRNA y con eso también inactivamos el crecimiento de células tumorales”, apuntó.
La especialista refirió que no sólo observan si disminuye o no el cáncer o la prevalencia, ya que también buscan conocer el mecanismo de acción, uno de ellos se observa en los compuestos activos llamados flavonoles, presentes en el frijol negro.
El siguiente paso de los investigadores será producir y comercializar una harina procesada de frijol negro que conserve las propiedades estudiadas a nivel celular, a fin de generar alimentos funcionales.