Capítulo 6, La derrota (Primera parte).- “La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva”

Hotel Fiesta Inn la Noria, lobby del segundo piso del inmueble

20:00 horas, Carlos Loret de Mola comienza a dar a conocer los resultados de la encuesta realizada por Consulta Mitovsky, la cual, según el periodista, le da 10 puntos de ventaja a Rafael Moreno Valle Rosas, el candidato de la coalición Compromiso por Puebla a la gubernatura.

Afuera del Fiesta Inn me esperaba Santiago Bárcena, había mucha gente a la espera de noticias, algunos como Antonio Hernández y Genis y Germán Sierra Sánchez.

Al verme llegar Toño se me atravesó y me saludó, “mi Richard ¿Qué onda? ¿Cómo va todo? ¿Ya ganó Javier?”. Yo busque responderle, pero en ese mismo instante Bárcena me tomó del brazo, apúrate que Javier te espera.

En el hotel se encontraba Javier López Zavala, el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla, con el cual había estado durante toda la jornada de ese día y hasta el cierre de las casillas. Había mucha gente, pero el ambiente ya era el de un funeral.

Subí al segundo piso del inmueble en donde se encontraba el candidato y parte de su equipo de comunicación, encabezado por Javier Sánchez Galicia, quien bromeaba con su gente, había habilitado en un salón un pequeño estudio de televisión, desde donde Zavala hablaría ante los medios sobre su supuesto triunfo.

Sánchez Galicia era el único que sonreía, el asesor de la campaña lucía muy tranquilo, mientras repetía una y otra vez, “ya estaba muy enfermito cuando yo lo tome”, le lance una mirada como queriéndolo fulminar.

Mi satisfacción es que tardó más de 8 años para poder arreglar el tema de su cuenta pública tras su paso por el Sicom y la dirección de Comunicación Social del Gobierno marinista.


Foto: Es Imagen / Archvio

Zavala estaba solo, a unos pasos de distancia se encontraba quien había fungido como jefa de prensa de su campaña, la periodista, Isabel Tobón, quien al ver que me acercaba me saludo con la cabeza.

– Hermano ¿cómo estás? Me dijo, mientras extendía sus brazos para darme un abrazo.

Yo impedí el abrazo y lo tome fuertemente de los brazos y lo empecé a sacudir.

– Carajo hermano, me lleva la chingada, Moreno Valle está siendo entrevistado por López Dóriga y Loret en este momento, que chingada madre hace tu equipo de comunicación, carajo, que no mamen, que poca madre, debiste de haber entrado tu primero cabrón, ve y canta tu triunfo, le dije, mientras lo miraba a los ojos con una furia que duras penas podía contener.

Yo ya sabía que Javier había perdido, pero estaba furioso por ver como Zavala había sido víctima de una traición, él y todos sus leales habían sido engañados y lo que más me dolía era el cinismo de varios personajes que habían dejado solo a Javier; incluso, ahora se reían de él.

Eso me llevo a recordar cómo se fraguo la derrota, que como todas las derrotas fue multifactorial y se comenzó a gestar mucho tiempo atrás y en donde también se cometieron múltiples pecados, los cuales como todo en la vida, tuvieron un costo muy alto.

Los antecedentes

Después de la reunión entre Madrazo y Marín, la cual resolvió la sucesión a favor del mixteco, el futuro gobernador y su equipo comenzaron a construir el escenario para su ascenso al poder y Zavala logró sellar un pacto con quien fuera su principal adversario en la disputa por la candidatura del PRI a la gubernatura, Rafael Moreno Valle.

Los primeros acercamientos entre ambos grupos se dieron entre Zavala y Fernando Manzanilla, hasta que finalmente Moreno Valle y Marín se vieron las caras en el restaurante favorito del grupo Finanzas, “La Conjura”, en pleno centro histórico de Puebla.

Ahí, Marín y Rafael acordaron sumar fuerzas y fungieron como testigos, los representantes de ambos equipos. A cambio el ex secretario de Finanzas y ahora diputado federal, recibiría el convertirse en diputado plurinominal en el primer lugar de la lista priista al Congreso local y ser designado posteriormente líder del Congreso local, para después según la versión morenovallista, encabezar la fórmula del PRI al Senado de la República, esto a mediados del mes de mayo del 2004.

Para proteger aún más a su candidato estrella y fungir como puente entre el gobernador Melquiades y el candidato Marín, el tabasqueño Madrazo designó como nuevo delegado del PRI en Puebla, a quien fuera su padre político, el también ex gobernador de Tabasco, Manuel Gurría Ordoñez, distinguido miembro del grupo Atlacomulco y quien había cuidado del entonces joven Roberto, tras la muerte de su padre, Carlos A. Madrazo en un accidente aéreo.

En ese inter, Roberto Madrazo cometió una gravísimo error, el cual a la larga le costó muy caro a él en lo personal y también de manera indirecta al marinismo, el tabasqueño rompió con la poderoso líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), secretaria general del PRI y líder de los diputados del tricolor en la cámara de diputados, Elba Esther Gordillo Morales.

La maestra enfrentó precisamente en la plenaria celebrada en Puebla, la rebelión de los diputados federales de su partido, encabezada por el mexiquense Emilio Chauyfett Chemor y el poblano, José Alarcón Hernández, por órdenes precisamente de Madrazo, quien depuso a Gordillo de la coordinación, a Elba solo la apoyaron en ese momento Rafael Moreno Valle, Tomás Ruiz y Claudia Ruiz Massieu, hija de José Francisco, quien había sido asesinado en el año de 1994, por órdenes de su tío, el hermano incómodo, Raúl Salinas de Gortari.


Foto: Twitter

Reitero, la ruptura de Madrazo con la maestra cambio la historia de México y de manera indirecta de Puebla.

Mientras todo esto ocurría, Manuel Gurría aterrizaba en Puebla, pero las cosas para nada iban a ser tersas entre el gobernador, Melquiades y el candidato Marín. El aún mandatario solicitó al CEN de su partido una deferencia, que fuera él quien designara al candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla.

Gurría, quien había hecho del Hotel “el Presidente” del Centro, antiguo hotel San Leonardo su centro de operaciones, se lo comunicó a Roberto Madrazo, quien admitió que habría que tener alguna deferencia hacía el gobernador Melquiades.

Morales Flores eligió como su candidato a la alcaldía de Puebla, al entonces rector de la Universidad Autónoma de Puebla, Enrique Doger Guerrero, un académico, sin cola que le pisaran, pero también sin ninguna militancia dentro de las fila del tricolor, lo cual irritó al marinismo.

Cuando Gurría le transmitió el mensaje al entonces candidato Marín, la reacción del mixteco no se hizo esperar, Marín no aceptaba hacer dupla con el académico, lo consideraba un insulto a la militancia del tricolor y exigió entonces ser él quien designara a su compañero de dupla, quería ese honor para uno de los suyos, Montero, Zavala o Valentín, le dijo Mario a Manuel.

“No puedes tener perritos y gatitos”, le contestó Gurría a Marín, además le advirtió que si no admitía a Doger como candidato, entonces no tendría el apoyo del gobernador Melquiades para su campaña, ni del priismo nacional, con todo lo que esto podría representar, fue entonces como Marín cedió, pero de mala gana.


Foto: Captura de pantalla Youtube

Doger siempre supo que no era del agrado de Marín, nunca hicieron campaña juntos, pocas veces se le vio en eventos, una y otra vez Doger se quejó ante el CEN de los “bloqueos” de Marín, al cual llegó acusar de tener nexos con el Yunque para hacer ganar a su candidato, Pablo Rodríguez Regordosa.

A unos días de la elección, Marín accedió a darle una entrevista radiofónica al periodista, Arturo Luna Silva, quien en ese entonces tenía un noticiero en ABC Radio 1280 AM, de 7 a 8 de la noche, en donde, la habilidad de Luna obligó a Marín a hablar con la verdad, el mixteco reconoció al aire, que sí por él hubiera sido, Doger no hubiera sido el candidato, que se lo habían impuesto y que si él hubiera podido decidir, el candidato hubiera sido, Montero, Zavala o Valentín.

Doger, enterado del escándalo, amagó con renunciar a la candidatura a la alcaldía de Puebla, pero el CEN del tricolor intervino para meter paz entre ambos candidatos, la ruptura con el dogerismo también sería otra de las causas de la derrota del 2010.

A inicios del 2006, el marinismo vivía su sueño de poder, nadie podía imaginar lo que se iba a venir.

A Rafael si se la cumplió la promesa de hacerlo el primer lugar en la lista de candidatos por la vía plurinominal al Congreso local y siendo ya Zavala, secretario de Gobernación y Rafael líder del Congreso, ambos entablaron una gran relación.

Cuando visitaba a Zavala en “La Marranera” era muy común también encontrarme a Rafael en sus oficinas, recibiendo instrucciones, mismas que el ya entonces líder del Congreso acataba “sin chistar”.

Fue Zavala quien propició un acercamiento entre Rafael y yo, luego del escándalo del “hoyo financiero”.

– Ricardo, Rafael es mi amigo, me dijo.
– Rafael, Ricardo es mi hermano, váyanse a echar unos tequilas y ya limen diferencias, cabrones.

Fue así como comencé a tejer una buena relación con Moreno Valle, cenamos en el Chimichurri y ahí conocí a un personaje encantador, rico en anécdotas, que gustaba de tomar whisky etiqueta negra y hasta fumar Marlboro rojos.

Me platicó de su juventud, de su gran amigo Cabalán Macari, cuya familia era de las más ricas de Yucatán, del abuelo de este, un acaudalado henequenero, de las fiestas de ambos con Luis Miguel y los hijos de todos los ex presidentes del país durante el mundial del 86 y de su formación en los Estados Unidos. Esa noche dejamos de ser adversarios e incluso muchas veces fungí como puente entre él y Zavala.

El 6 de enero de 2006, a casi un mes de que detonara el Lydiagate, el en ese entonces diputado local, Raymundo Atanacio Luna, integrante del equipo del entonces director general del DIF estatal Alejandro Armenta Mier, celebró su comida de cumpleaños en su rancho en Soltepec.

La comilona incluyó una “mixiotiza” y consomé de carnero con más de mil invitados y casi todos los miembros de la legislatura local, los invitados especiales era precisamente Zavala y Moreno Valle.

Zavala llegó como a las 18 horas y comenzó a comer y a ser asediado por los asistentes, mientras el tequila y el brandy circulaban por todas partes.

El frió apretaba muy fuerte en la zona cuando como a las 20 horas arribo Rafael de jeans, camisa a cuadros tipo vaquero y chamarra con borrega en el cuello.

Moreno Valle saludó a Zavala y platicó unos minutos con él, apartados del grupo que los rodeaba. Luego Rafael se acercó a mí y me saludo.

– Qué onda mi Richard.
– Nada Rafa, aquí con el buen amigo Atanacio celebrando su cumpleaños con unos tequilas y tú que me cuentas.
– Pues que me voy del PRI cabrón.
– No mames Rafa, ¿por?, pregunte mientras apuraba mi tequila para calentarme y reponerme de la sorpresa.
– Pinche Marín no me cumplir cabrón, se lo acabo de decir a Zavala, que Marín está muy cabrón, no tiene madre wey, no ha cumplido con los pactos, me trae bien corto de lana, no me cumple con mi gente y si no me cumple con esto que es mínimo, ¿crees cabrón que me va a cumplir con la candidatura al senado? Ya le dije a Zavala que se vayan a la verga, me voy pinche Richard, recuérdale a Zavala que yo cumplí y que han sido ellos quienes han fallado.

Me quede frío y de inmediato fui a buscar a Zavala.

– Oye hermano, el pinche Rafa está muy encabronado, dice que no le han cumplido y que se va del PRI, ¿qué pedo cabrón?
– No mames no le hagas caso, está haciendo sus berrinches, wey, pero no hay pedo.
– Ok, pero yo si lo vi muy encabronado.

A poco más de un mes de aquella charla, estalló el Lydiagate, el escándalo político más grande en la historia de Puebla. En Marzo, en medio de la peor crisis política que se recuerde, Rafael Moreno Valle anunció su salida del PRI, meses más tarde se convertiría en candidato del PAN al Senado de la República, ocupando el primer lugar en la fórmula de este partido, haciendo dupla con Humberto Aguilar Coronado (El Tigre).

La maestra Elba Esther Gordillo estaba de regreso, había cambiado de bando y ahora apoyaba al candidato del PAN a la Presidencia de la República, Felipe Calderón y dentro de sus acuerdos la maestra había pedido el ISSSTE para otros de sus consentidos, Miguel Ángel Yunes, a quien le había quitado el PRI la candidatura al gobierno de Veracruz para darse a la Fidel Herrera y la senaduría en Puebla para Rafael.

Ángel Alonso, quien como diputado local había apoyado la aprobación de la cuenta pública de Marín, le había cedido su lugar a Moreno Valle en el primer lugar de la lista de candidatos al Senado de la República y había obtenido como recompensa, encabezar la lista de senadores plurinominales del PAN al Senado por el estado de Hidalgo.

En medio del Lydiagate, el PRI designó como su candidatos al senado de la República, al ex gobernador Melquiades Morales Flores y al ex dirigente estatal del PRI, Mario Montero Serrano, quien al fin iba a tener su oportunidad de estar en la boleta.

Marín, a duras penas, se estaba librando del escándalo político y dejó el gobierno en manos de Zavala, quien era realmente quien tomaba las decisiones. Javier operó con las cámaras empresariales y grupos de presión el que dejaran de pedir la salida del gobernador a cambio de innumerables canonjías, a «río revuelto, ganancia de pescadores”. Las maletas de dinero y los contratos acallaron las protestas.


Foto: PRI / Archivo

En medio de la crisis, Madrazo dejó solo a Marín, pero el poblano recibió el apoyo de los gobernadores del PRI, fue el entonces mandatario del Estado de México, Enrique Peña, quien se negó a entregar la cabeza de su homologo.

En la reunión celebrada en Valle de Bravo entre los gobernadores del tricolor y Roberto Madrazo, estando Marín presente, el tabasqueño pidió la dimisión del poblano, el cual afectaba su campaña. La repuesta de Peña fue contundente, “no, porque si Marín cae, luego vamos a seguir nosotros”. Marín regresó con el apoyo de los gobernadores y con algo más, con sed de venganza.

A través de Zavala, Marín entró en contacto con el entonces líder nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, con quien acordó entregar la plaza a favor del entonces candidato del albiazul a la presidencia de la República, Felipe Calderón, quien meses antes había estado en Puebla y le había sacado “tarjeta roja” al gobernador priista, a quien había prometido enjuiciar, en caso de ganar la Presidencia de la República.

El acuerdo entre Marín y Barrientos se selló en Cholula y fue presenciado por el entonces presidente estatal del PAN, Eduardo Rivera Pérez, y el propio Zavala, así como también por el reportero Paulo Yolatl de Intolerancia Diario, quien llevó para el rotativo esa nota exclusiva que sus ojos captaron.

La dupla Melquiades-Montero estaba muerta de antemano y así ocurrió, ambos cayeron derrotados, junto con el resto de los candidatos del PRI, empezando con Roberto Madrazo, quien se fue al tercer lugar de las preferencias, superado por Calderón y Andrés Manuel López Obrador, tantas traiciones, iban a tener un alto costo trasladado hacia quien heredaría los muertos del marinismo Zavala.

Para colmo de males, Mario Montero tras su derrota, siempre sostuvo que Zavala, desde Gobernación, había operado a favor de su antiguo aliado, Moreno Valle, para dejarlo fuera de la sucesión gubernamental del 2010.


Foto: Captura de pantalla Youtube

Montero conformó un grupo al interior del marinismo, en contra de López Zavala, integrado por el secretario particular, Guillermo Deloya Cobián, el director del DIF estatal y luego presidente del Comité Estatal del PRI, Valentín Meneses, y el director de Comunicación Social, Javier Sánchez Galicia.

Constantemente comenzaron a intrigar en contra de Javier y el enorme poder que este había acumulado durante los meses en que Marín se ausentó públicamente tras estallar el Lydiagate, al ser Zavala en los hechos, quien tomó las decisiones en aquellos aciagos meses para el marinismo.

Así concluyó el 2006 y llegó el 2007, cuando las cosas comenzaron a mejorar para Marín, quien había logrado aliviar la crisis de gobernabilidad que había puesto en riesgo a su administración, pero a un costo altísimo.

A inicios de agosto del 2007, los enemigos de Zavala, al interior del marinismo, se salieron con la suya, azuzaron a Marín y lo convencieron de poner a Zavala a prueba.

Desde el PRI estatal, Valentín Meneses convenció a Marín de sacar a Zavala de Gobernación para probar su eficiencia y lealtad y poner en su lugar a Mario Montero, quien tomó posesión el 14 de agosto de 2007 de la oficina de “La Marranera”.

Zavala fue designado coordinador general de la campaña de los candidatos del PRI a los diferentes puestos de elección popular que estaban en juego, las 217 presidencias municipales y el Congreso local.

Javier había sido degradado, incluso Marín cedió a Valentín el estar al frente del proceso de selección del candidato del PRI a la alcaldía de Puebla, la cual recayó en una mujer, en la ex secretaría de Finanzas en la era de Manuel Bartlett Díaz, Blanca Alcalá.


Foto: Es Imagen / Jafet Moz

Zavala se estableció su cuartel general en un edificio del bulevar Atlixco, cerca de Telmex de la 25 y desde ahí comenzó a tejer una serie de alianzas para poder obtener el triunfo, mientras el panismo arrancaba con 20 puntos de ventaja en Puebla capital de la mano de su candidato a la alcaldía, el ex subsecretario de Desarrollo Social a nivel federal, Antonio Sánchez Díaz de Rivera.

El panismo local (Yunque) ya veía al entonces senador, Rafael Moreno Valle como un peligro real para ellos, por lo que en un arranque de soberbia, decidieron hacerlo a un lado y no tomarlo en cuenta en la toma de decisiones.

Por su parte, Rafael sabía que si Díaz de Rivera ganaba la capital, seguramente en dos años se convertiría en el candidato del Yunque a la gubernatura, lo cual afectaría sus planes, por lo que nuevamente recurrió a su viejo amigo, López Zavala, para hacer una alianza.

La campaña arrancó muy mal para el priismo dirigido por la dupla Meneses-Montero, ante la desesperación de Marín, quien veía al proceso como un referéndum a su administración, mientras la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se preparaba para definir su caso.

Fue entonces, cuando Marín recurrió de nueva cuenta a su viejo operador, Zavala, quien el 11 de noviembre del 2007 volvió a entregarle las mejores cuentas a su padre político y jefe.

El PRI se alzó con el triunfo en 25 de las 26 diputaciones locales que estuvieron juego y obtuvo 145 de los 217 ayuntamientos, incluida la “perla de la corona”, Puebla capital, la cual, pese al Lydiagate, siguió en manos del tricolor y del marinismo.

El 2007 no podía terminar mejor para el marinismo y para el tricolor, el 29 de noviembre, el gobernador Marín era exonerado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual determinó que el mandatario no había incurrido en violaciones graves a los derechos humanos de la escritora Lydia Cacho.

Como premio a sus servicios, Zavala fue designado secretario de Desarrollo Social del gobierno del Estado, la señal fue clara y al menos así lo parecía, era el delfín del “marinismo”, pero al interior del grupo compacto, la unidad se había roto de manera definitiva y eso iba a sellar la suerte del grupo y del priismo local.


Foto: Es Imagen / Archivo

julio 5, 2020 - 7:05 pm

Por: Ricardo Morales Sánchez

Marinismo, ascenso y destrucción, Noticias Destacadas

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