La Santa Sede ha disparado nuevamente sus cañones contra el proceso de reforma de la Iglesia Católica alemana, con la aparente comparación de sus propuestas de desarrollo teológico con el pensamiento de la época nazi por parte de un cardenal del Vaticano.
El cardenal suizo Kurt Koch, quien dirige la oficina de la Santa Sede para la unidad de los cristianos, provocó un escándalo con su crítica del intento alemán de introducir reformas en respuesta a la situación creada por los abusos sexuales del clero y la pérdida de fieles.
En una entrevista con el diario católico alemán Die Tagepost la semana pasada, Koch insinuó que el proceso alemán de reforma intentaba introducir nuevas fuentes de revelación divina, más allá de las Escrituras y la tradición cristiana, para justificar el cambio teológico.
Dijo que lo mismo hicieron algunos protestantes pronazis que “vieron la nueva revelación de Dios en la sangre y la tierra y el ascenso de Hitler”.
Sus declaraciones provocaron indignación entre los obispos alemanes que están llevando adelante junto con laicos un proceso de reforma a largo plazo llamado el Camino Sinodal. El obispo de Limburgo, Georg Baetzing, quien preside la conferencia episcopal, exigió que Koch se retractara, a lo cual el cardenal se negó. Los dos se reunieron el martes en el Vaticano en una visita organizada previamente.
La conferencia alemana dijo en un comunicado el miércoles que Koch le aseguró a Baetzing que su intención no era comparar el proceso actual con la era nazi.
“El cardenal Koch ofreció disculpas a quien se sintiera ofendido por la comparación que hizo”, dijo la conferencia. Dijo que Koch y Baetzing coincidieron en que “el debate teológico al cual el cardenal quiso hacer un aporte debe continuar”.
La oficina de Koch no respondió de inmediato a pedidos de declaraciones.
El “Camino Sinodal” ha provocado una resistencia tenaz en Alemania, el Vaticano y más allá. Los conservadores, sobre todo, se oponen a iniciar cualquier debate sobre asuntos tales como el celibato sacerdotal, el papel de las mujeres en la iglesia y la homosexualidad.
Algunos han advertido abiertamente sobre un cisma. Los obispos alemanes responden que, si no hay cambios, la iglesia seguirá perdiendo fieles: unos 360.000 católicos alemanes abandonaron formalmente la iglesia el año pasado.
El papa Francisco ha alentado el debate sobre esos temas y busca ampliar el diálogo con los laicos, pero se muestra escéptico o ambivalente ante el proceso alemán, y lo ha frenado reiteradamente o permitido que otros lo hagan por él.
Baetzing y los miembros jerárquicos de la conferencia se encontraban en Roma para preparar la visita de todos los obispos alemanes a la Santa Sede el mes próximo. A diferencia de las visitas normales, en las que los obispos se reúnen en grupo con los prefectos de las distintas oficinas, está previsto que en esta ocasión los alemanes se reúnan con varios prefectos y el papa al mismo tiempo.
Fuente: AP