Londres, 18 Abr (Quién).- Desde 1989, es una tradición del Sunday Times hacer una lista con las personas más ricas del Reino Unido, en dicho año, la reina Isabel encabezó la lista, sin embargo, desde 2015 no volvió a aparecer más, al menos no en los 300 lugares.

En pocas semanas, una nueva edición saldrá y desde ahora, se reveló que el heredero al trono, el príncipe Carlos tiene una fortuna valuada en 600 millones de libras. Lo que significa que su posición está más arriba de otros millonarios como David y Victoria Beckham e incluso, Elton John. Algo curioso es que la fortuna de Carlos ya supera la de su mamá, que hasta el año pasado estaba calculada en poco más de 350 millones de libras. A pesar de que se reveló la cifra aproximada en la que está valuada su fortuna, no se sabe puntualmente cuánto más aumentó tras la muerte de su papá, el duque de Edimburgo, pues su testamento nunca se hizo público. Un ex miembro de el equipo del rey aseguró al Sunday Times, que Carlos desarrolló un plan para cuidar al máximo su fortuna, luego de que tuvo que pagarle a la princesa Diana a mediados de los 90 más de 17 millones de libras tras su acuerdo de divorcio.

Hace algunos años, Carlos fundó la empresa Duchy Originals, en la que vende algunos productos que cultiva en su finca como galletas, miel, cerveza, entre otros y que pueden ser encontrados en tiendas locales como Harrdos y Fortnum and Mason. Años después, hizo inversiones inmobiliarias en el ducado de Cornualles, además de otros negocios que se relacionan con el activismo ambientalista del que es un gran defensor. Además se sabe que encabeza la corporación Crown Estate, a la cual pertenecen una gran cantidad de terrenos y propiedades que pertenecen al patrimonio de la corona, sin embargo, no puede hacer uso de estos recursos libremente. Carlos ya se ha hecho famoso por seguir una vida «austera», es muy consciente del uso excesivo de recursos ambientales, entre otras, se sabe que tiene algunas manías, como apagar la luz cada vez que sale de alguna habitación, incluso, él mismo confesó hace algunos años en una entrevista para la edición británica de Vogue que detesta tirar cosas a la basura, especialmente la ropa.