Ciudad de México, 24 Jun (El Informador).- El cantante Carlos Rivera cumpliría el 4 de julio 15 años de haber ganado el primer lugar dentro de la tercera generación de “La Academia”. En retrospectiva comparte que si algo ha aprendido es que luego de formar parte de un “reality” viene el verdadero trabajo.
«Mucha gente recuerda ‘La Academia’ y lo siguiente es la obra de ‘El rey león’, pero entre uno y otro hay siete años de diferencia»
«Sin duda yo creo que los reality shows siguen siendo una plataforma en la que depende de ti como participante qué es lo que haces con ella, cómo aprovechas la oportunidad», comenta en entrevista.
«Obviamente uno espera y quiere que quien te dio esa oportunidad sea también quien te mantenga buscando otras oportunidades, pues no siempre ocurre así entonces luego depende de qué es lo que tú estás dispuesto a hacer, cuánto estás dispuesto a esperar, con paciencia, con trabajo».
Rivera recuerda que fue una época difícil tras su triunfo, en total cuenta siete años en los que se dedicó a trabajar y estudiar desde danza hasta actuación en espera de algún proyecto, ese tiempo le sirvió para aprender y entender de la vida y, considera, es lo que lo llevaron al lugar en el que hoy está.
«Mucha gente recuerda ‘La Academia’ y lo siguiente es la obra de ‘El rey león’, pero entre uno y otro hay siete años de diferencia», relata.
«Yo me preparaba para lo que podía venir y no sabía ni siquiera qué era», dice.
Si de algo está consciente el intérprete es que, como en su caso, vale la pena esperar y no buscar la inmediatez.
«Hoy todo queremos que nos ocurra mañana, empiezas a trabajar hoy y mañana quieres que crezca el árbol y te de frutos, no es así».
El intérprete de «Que lo nuestro quede nuestro» celebró este 22 y 23 de junio la «Expo Riverista», en el Auditorio Blackberry, evento con el que buscó estar más cerca de su público y de aquellos que lo han acompañado en estos 15 años.
«Literalmente me fui al baúl de los recuerdos, saqué la camisa de mi primer programa, saqué la camisa con la que canté ‘Esta noche es para amar’, mis maletas de La Academia», detalla.
«Volví a ese momento donde yo era un niño literal de 17 años, lleno de ilusiones, que soñaba con cantar, con subirse a un escenario, que no le fue tan fácil porque aunque hay muchas historias de éxito, muchas lo son desde el principio, y la mía no fue así, fue al contrario», dice.