A más de ocho meses del primer brote registrado de SARS-CoV-2 en Wuhan, China, la humanidad ha enfrentado una problemática sin precedentes en la historia moderna. Como ocurriera durante las guerras del siglo XX, el nuevo coronavirus ha potenciado el trabajo científico a ritmo récord. Con la intervención rusa, la carrera farmacéutica para encontrar la vacuna ha tomado un nuevo rumbo.
Herencia de la Unión Soviética, Rusia cuenta con un aparato científico consolidado que le ayuda a tener estas propuestas. El problema es que se ha dejado de lado la gobernanza mundial de la salud. Así lo evalúa José Luis García Aguilar, académico en el Departamento de Ciencias Sociales de la Ibero Puebla.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), fue creada por los Estados para garantizar a la contribución internacional y manejar los asuntos más críticos en este ámbito. La controversia en torno a la propuesta de vacuna denominada Sputnik V recae en su falta de transparencia: no se sabe cómo se ha llevado a cabo la tercera fase de desarrollo y qué tan bien se han seguido los protocolos sanitarios.
García Aguilar destaca el carácter político y comercial de esta competencia protagonizada por varias potencias, pues quien pueda comenzar a dominar el mercado de la vacuna tendrá más presencia global y mayor penetración en los mercados internacionales, así como una reivindicación del prestigio político interno y externo.
El manejo de la pandemia se ha politizado bastante en la mayoría de los países; México no es la excepción. Las políticas neoliberales llevaron a dejar de invertir en bienes públicos: en las últimas tres décadas dejaron de valorarse estos bienes -como la salud-, los cuales se convirtieron en mercancías. “El sistema de salud mexicano está atrapado en la desorganización y los nichos de corrupción”.
Como explica Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la IBERO Puebla, la pandemia no ha sido domada porque no hay condiciones sociales ni políticas para tener medidas más radicales. La acción divergente y banalización de la epidemia por parte del gobierno federal, la escasez de bienes públicos y la presencia de enfermedades crónicas han agravado el panorama mexicano.
Vacuna para México
En el marco de esta carrera farmacéutica, el Congreso de la Unión aprobó una reforma al artículo primero de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, la cual permite la adquisición libre de medicinas por parte del Gobierno mexicano bajo la mediación de la ONU.
Para Hernández Avendaño, esto representa una decisión adecuada debido a los múltiples casos de corrupción relacionados con el acceso a medicinas, sea en términos de monopolios o acuerdos entre cierto tipo de agencias privadas. “Deben ponerse nuevas reglas para que los hospitales públicos tengan mejores precios y eludan los acuerdos bajo la mesa con los abastecedores de medicina”, reitera.
Hoy en día las problemáticas son tan complejas que no pueden ser enfrentadas por un solo actor. Como demuestra el acuerdo entre México, Argentina y el laboratorio AstraZeneca a través de la Universidad de Oxford, la sinergia entre los sectores público, privado y social será clave para el desarrollo de la multicitada cura.
Para este proyecto, se busca que ambos países funjan como terreno piloto para una nueva propuesta de vacuna. “Por parte de México, tercer país en número de muertes y sexto en contagios, se trata de un país que puede permitirse esta participación con la aportación de Carlos Slim”, comenta García Aguilar, agregando que la presencia de AstraZeneca en la nación de la plata y las buenas relaciones diplomáticas facilitaron el acuerdo.
Dado que la gestión de la pandemia representa un gran capital político, especialmente para las regiones próximas a celebrar elecciones, el internacionalista advierte sobre los discursos demagógicos que prometen una vacunación masiva inmediata, pues este proceso tendrá que llevarse a cabo de manera progresiva y estratégica.
Privatización de la salud
El proceso de investigación científica es muy costoso; México es de los países que menos invierte del dinero público a este rubro. José Luis García reconoce que los gobiernos no pueden enfrentar la pandemia solos, sino que deben apoyarse de empresas privadas con los conocimientos e infraestructura adecuados, misma interdependencia que escala a nivel internacional.
Prácticamente en todo el mundo la investigación científica relacionada con la salud está en manos privadas. Juan Luis Hernández recuerda que las seis apuestas más serias en cuanto a la creación de la vacuna tienen al sector privado detrás. “En México habría condiciones para recuperar la opción de contar con la academia universitaria, pero los gobiernos dejaron de hacerlo y apostaron por otras cosas”, reflexiona.
Acceso universal
Por mucho tiempo, México fue un país reconocido por sus exitosas campañas de vacunación. Ante el declive de este esquema, uno de los ejes a considerar serán los puntos de distribución. “Se entendería que todo el sector salud formaría parte de la distribución, aunque también habrá algún tipo de convenio con hospitales privados”, vaticina Hernández Avendaño.
A nivel internacional, la cooperación para enfrentar una situación como esta tendría que ser mucho más dramática para que realmente cada gobierno dejara de lado sus visiones de inmediatez territorial y pensara más en que, como especie, estamos juntos en esto.
Como concluye García Aguilar, se necesita una conciencia global hasta ahora inexistente, pues tanto la pandemia como el desarrollo de una cura han evidenciado que la cooperación internacional está muy lejos de llegar a niveles óptimos. “Tengo la esperanza de que los efectos en las generaciones más jóvenes contribuyan a concientizar sobre la agenda global que enfrentamos como humanidad”.