The Gendercide Awareness Project, la Coordinación de Difusión Cultural y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ, ambas de la Ibero Puebla, presentaron la exposición: ¡¿Dónde están las mujeres?! 143 millones de desaparecidas en el mundo.
La protesta crea conciencia, el arte da reminiscencia, y cuando se juntan, logran la trascendencia. En un país con 10 feminicidios diarios, las palabras ya no son suficientes. Aparece la necesidad de impactar a través de lo visual, pues así los ojos no pueden escapar. Entre la agonía, por sociedades machistas y patriarcales, nace la pregunta: ¿qué podemos hacer?
La galería de la Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe, SJ de la Ibero Puebla fue escenario de una agridulce respuesta. Desde la entrada, era imposible ignorar la cascada de colores marchitos que invadían el panorama. Pares de zapatitos de bebé colgaban en falsa estática, ya que cobraban movilidad por su historia heredada y el inevitable impacto emocional hacia los espectadores.
Lo cotidiano se vio interrumpido por una exposición que busca recordar a las mujeres desaparecidas, mostrar la obra artesanal de mujeres en todo el mundo y empoderar en lo económico a las mujeres en situación de vulnerabilidad. Cada par de zapatitos representa 10,000 mujeres “desparecidas” … muertas.
La idea germinó en las manos de la organización multicultural The Gendercide Awareness Project (Proyecto de Concientización sobre el Generocidio Femenino). Este programa, con sede en Dallas, Texas (EE. UU.), tiene dos objetivos: crear consciencia sobre el generocidio femenino y facilitar el acceso a la educación de niñas en situación de vulnerabilidad en distintos países.
Un punto clave, de la instalación artística yace en dejar clara la diferencia entre feminicidio y generocidio femenino. Se define como feminicidio a la acción de privar de la vida a una mujer por razones de género; en tanto, el generocidio femenino es la violación institucional de los derechos de las mujeres.
La coordinadora de Difusión Cultural, Cecilia Macías Ramírez de Arellano, y la responsable de Patrimonio Artístico y Galerías Universitarias, Zurisadai Guarneros Silva, presidieron el evento con bienvenidas y agradecimientos a colaboradores, autoridades, estudiantes, colectivos, asociaciones civiles y representantes de organismos gubernamentales.
La responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género de la Ibero Puebla, Ana Gamboa Muñoz, compartió: “La realidad, en muchas ocasiones, supera los eufemismos, porque cuando hablamos de violencia, las palabras quedan cortas. Frente a una crisis civilizatoria, la violencia ha permeado profundamente en las sociedades, calando en lo más interior de nuestro ser”.
Y agregó: “[…] Cuando alzamos la mirada, en esta biblioteca, vemos que detrás de estos zapatos 10,000 mujeres han sido asesinadas. Son estos sentimientos los que nos hacen creer que la muerte ha ganado terreno en nuestras vidas […] Visibilizar y desmontar esta mirada de la necromáquina resulta indispensable para salir de ahí”.
La organización GENDAP es fundada por su presidenta actual, Beverly Hill, quien es egresada, con mención honorífica, de la Universidad de Duke. Además, cuenta con una maestría en Historia. Son las experiencias de sus cercanos lo que mantiene en ella el interés por los derechos humanos.
Nohemí García del Pino, colaboradora de la gira por México y representante de Beverly, reflexionó y agradeció: “Es fundamental dar a conocer las consecuencias del generocidio femenino en todos los hogares, para crear un esfuerzo sólido, para poner fin a este grave problema social y tomar acción”. Y continuó: “También es necesario educar, fortalecer y empoderar social y económicamente a niñas y mujeres. En este logro conjunto, hemos trabajado con ustedes, IBERO Puebla, con cada una de las áreas”.
Bolivia, India, Filipinas, Costa Rica, República Democrática del Congo, Honduras, China, Indonesia, Afganistán, Uganda y Ruanda son algunos de los países de donde nacieron los pares de zapatitos expuestos. Las cooperativas de mujeres artesanas recibieron pagos justos por sus habilidades. El proceso resultó en una gran oportunidad de trabajar con dignidad y autonomía.
Entre las mujeres artistas se encuentran: niñas rescatadas de la trata de personas con fines de explotación sexual y venta de novias; hijas de trabajadoras sexuales; mujeres infectadas por SIDA; mujeres realizando trabajos forzados; mujeres afganas que trabajan a pesar de la prohibición de los talibanes, y mujeres refugiadas de Siria e Irak que viven en Turquía y Jordania.