Moda sustentable y diseño socialmente pertinente son los pilares de una de las licenciaturas más añejas de la Casa de Estudios y, paradójicamente, de las más vanguardistas.
Un viernes otoñal por la tarde. El Ágora universitaria comienza a poblarse hasta donde lo permite la distancia sana. Un par de nubes también se asoman, más curiosas que amenazantes. El punto de encuentro por excelencia de la Ibero Puebla vibra con la caja de ritmos de la cantante irlandesa Róisín Murphy. Entonces, llegan: una caravana de modelos jóvenes, en su mayoría chicas, que lucen una colección de coloridas mascadas.
El modelaje corre a cargo de estudiantes de la Licenciatura en Diseño Textil que van y vienen en cada vértice del pequeño teatro al aire libre. Las visten de diferentes formas: como corbatín, sobre el pelo, como crop top, y sí, también como mascarilla -la covid no da tregua ni a la moda-.
Stephania Vega, autora de las piezas y fundadora de HONO, está a punto de graduarse de la Licenciatura en Diseño Textil. En la asignatura Diseño de estampados colaboró con un cliente que se dedica a crear diseños para accesorios. Su roce con el mundo laboral la inspiró a crear su propia propuesta, misma que inauguró la pasarela conmemorativa del 30 aniversario de la carrera.
Junto a ella desfilan las colecciones de otros siete diseñadores, todos egresados de la Universidad Jesuita. Conjuntos que van desde ropa de diario y moda confortable hasta la gala nocturna y el tejido tradicional fueron recibidos por una audiencia mayoritariamente estudiantil. Aseguran los organizadores, el objetivo es celebrar los logros de egresados e inspirar a los que inician el camino.
Tres décadas de formación en telas fueron celebrados a lo grande. Como rememora Adriana Quiroz Hernández, coordinadora de Diseño Textil, el aniversario coincidió con la edición 2021 de la Exintex, una feria bienal de textiles que contribuye a que los estudiantes puedan conocer diferentes propuestas y construir vínculos para futuras colaboraciones.
La delegación de la Ibero Puebla se hizo presente con estudiantes de todas las licenciaturas del Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura (DADA). Coordinado por el profesor José Sanuy, el grupo diseñó un estand interactivo en el que las personas podían “tejer sus historias”.
Es el turno de Ojo Sagrado, la empresa de Jessica Gutiérrez y Daniela Ruiz. Su trabajo destaca en el Ágora universitaria por ser el primero de la gala en presentar ropa de mezclilla para el uso diario, material que, de acuerdo con una cápsula informativa en su página de Facebook, es aprovechado para implementar una política de cero desechos.
De acuerdo con la ONU, la industria textil es responsable del 20% de las aguas residuales de todo el mundo y del 10% del total global de emisiones de carbono, lo que la convierte en una de las actividades más perjudiciales para el medioambiente. Es por ello que Quiroz Hernández ha abrazado la bandera de la sustentabilidad como la norma del plan académico.
A través de programas como el diplomado Moda y desarrollo sustentable y numerosas charlas y capacitaciones en la materia, la licenciatura busca inculcar en los próximos diseñadores que el ejercicio profesional debe ser responsable y respetuoso de la Casa Común. “No es la moda la que debe cambiar: somos nosotros quienes debemos cambiarla”, aseguran Jessica y Daniela.
Las pasarelas, actividad semestral insignia de la licenciatura, son una oportunidad para visibilizar marcas estudiantiles que trabajan al margen de la moda y apuestan por otras ramas del diseño. “Cada alumno tiene su personalidad y se van a caminos distintos”, resuelve Quiroz Hernández.
Uno de los objetivos de la coordinación es que estudiantes y públicos entiendan la diferencia entre el diseño textil y la moda. El primero es el proceso de problematización: conocer las telas, las técnicas, los estilos y las funciones del textil. La segunda es la consagración de esos conocimientos bajo una mirada artística. La licenciatura pretende brindar las herramientas necesarias para que los profesionistas se especialicen en lo que les apasione.
La gala concluye como inició, con Róisín Murphy en los altavoces y otro grupo de nubes, estas más intimidantes que las del principio. Denisse Kuri, cuya marca lleva su nombre, cierra la pasarela con una propuesta que rompe el tono vanguardista de sus predecesores para apostar por algo tan conservador como elegante: tejidos tradicionales inspirados en el trabajo de las artesanas indígenas.
Denisse Kuri, la diseñadora y la marca, “crea piezas de arte exclusivas a través de la fusión de tradición textil indígena y el diseño orgánico”. La línea de lujo presentada en la IBERO Puebla sintetiza las pretensiones de Adriana Quiroz con su alumnado: la creación desde el dominio de la técnica, la sensibilidad artística y el compromiso con productores y públicos meta.
La pasarela también contó con la participación de Mariana Pérez Parada (Pérez Parada) con una colección de ropa formal; Samira Hadad y Regeane Esteban (Samira y Regeane) y su línea de chamarras de mezclilla estilizadas; Mari Carmen Bello y Yunuen Hernández (M+Y) con ropa cómoda y de estampados irreverentes; Elly Castillo (Mallimo Atelier) y su trabajo en colaboración con artesanos tlaxcaltecas, y Dassaey Castillo (Dassa) con una colección de prendas para hombre.